Yo olerme la mano no, pero tocármelos, infinitas veces, los llevo depiladitos y es un gustazo tocarlos tan suavitos, es como tocar unas bolas de esas antiestres que antes estaban de moda, además, masajearlos es relajante y placentero.
Cuando todavía no era calvo, tuve una novia que le encantaba, a lo mejor estábamos viendo una película, y ella me los estaba sobando, decía que era muy relajante