El Tribunal Supremo ha confirmado la condena de 34 años de cárcel impuesta a una pareja que en septiembre de 2019 engañó, secuestró, torturó, robó y enterró vivo hasta la muerte al empresario vasco José Antonio Delgado Fresnedo, tras citarse con él a través de la red de contactos Badoo.
La Sala Penal del Supremo ha rechazado los recursos de Mohamed Achraf Elbouti y Angelin Candy, conocida como Dulce Ángel, y mantiene la sentencia impuesta por la Audiencia de Zaragoza, que, a su vez, fue ratificada por el Tribunal Superior de Justicia de Aragón.
El magistrado presidente del jurado popular impuso a ambos 25 años de prisión por asesinato, seis por detención ilegal y otros tres por estafa.
Según la sentencia, la investigación realizada por la Guardia Civil concluyó que el 6 de septiembre de 2019 José Antonio Delgado, entonces de 54 años, informático y vecino de Getxo, llegó a la estación de la localidad zaragozana de Luceni, donde había acordado verse con Dulce Ángel, quien le citó en la red social de contactos Badoo.
De forma sorpresiva fue abordado por Mohamed Achraf, quien lo golpeó, redujo e inmovilizó para sustraerle los efectos personales y el Mercedes 220 en el que había viajado.
Luego lo llevaron a una nave de la localidad zaragozana de Pedrola, donde vivía la pareja y tenía un taller. Ambos exigieron al empresario que les proporcionara sus claves personales para poder acceder a cajeros automáticos con sus tarjetas bancarias.
Al negarse fue intimidado, amenazado y golpeado con objetos contundentes hasta obtenerlas. Asimismo, Mohammed Achraf puso a la venta el vehículo en Milanuncios.com.
Al día siguiente ya se interesó por el deportivo un comprador, con el que pactó un precio de 21.000 euros, de los que adelantó 11.000 en efectivo.
José Antonio Delgado recibió golpes en la cabeza y el tórax mientras estaba sujeto con bridas y sin poder defenderse.
Tras la tortura fue introducido en el interior del maletero y se lo llevaron al paraje conocido como el Barranco del Lobo, en el término municipal de Pedrola, donde cavaron una fosa y le enterraron cuando aún estaba con vida.
TIERRA EN SU ESTÓMAGO
Días después la Guardia Civil encontraría su cadáver al cruzar datos de teléfonos móviles y siguiendo el rastro por satélite que dejó la pulsera telemática que llevaba Achraf por orden judicial como medida de seguridad para mantenerlo alejado de su ex mujer, a la que maltrataba.
La autopsia determinó que el empresario fue salvajemente agredido y presentaba dos focos contusivos: traumatismo craneal, efectuado con objeto tipo herramienta de peso ligero o moderado muy manejable, y traumatismo torácico, con nueve costillas fracturadas, efectuado con objeto contundente de unos 20 centímetros de longitud muy manejable.
Según los forenses, falleció por fracaso respiratorio, shock hemorrágico por el hemotórax y el hemoperitoneo y los forenses hallaron tierra en faringe, laringe, esófago y estómago, "síntoma inequívoco de intento de supervivencia".
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