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La búsqueda de los testículos de las anguílas es un misterio que ha eludido a científicos durante milenios. Aristóteles, allá por el siglo cuatro antes de Cristo, llegó a la conclusión de que, indudablemente, las anguilas deben ser un tipo de gusano terrestre, formado espontáneamente a partir del barro. El primer gran avance en la biología de la anguila ocurrió en 1777, cuando Carlo Mondini concluyó que son, sorprendentemente, peces. Y, un siglo más tarde, el bueno de Freud pasó noches en vela diseccionando anguilas, hasta que después de cuatrocientas encontró rastros de testículos en una de ellas. Consideró su investigación un fracaso, abandonó a los peces y se centró en otras cosas.
Esto es una anguila y está bastante rica
Aunque había evidencias de que las anguilas, como todos los peces, tenían órganos reproductivos, nadie las había visto poner huevos o reproducirse de ninguna manera. A principios del siglo veinte, el biólogo danés Johannes Schmidt se propuso resolver el misterio. Montado en su barco, comenzó en Dinamarca y siguió el rastro de las anguilas, navegando cada vez más al interior del Atlántico. Con cada legua las anguilas que estudiaba eran más pequeñas, hasta que llegó al mar de los Sargazos, donde encontró a las anguilas más pequeñas que había visto nunca. Aunque no llegó a presenciar anguilas desovando, o huevos de estas, llegó a la conclusión de que las anguilas europeas debían nacer en este mar en medio del Atlántico.
Es un mar bordeado por corrientes, no tierra
Este es el ciclo de vida de la anguila, tal y como lo conocemos hoy en día:
Todas las anguilas europeas y americanas nacen en el mar de los Sargazos. Son larvas, leptocéfalos si queremos ir de científicos, de unos pocos milímetros y transparentes. Nada más nacer emprenden una larguísima migración de vuelta a los ríos europeos, más llevadas por las corrientes que por su propia fuerza, que puede llevar hasta cuatro años. Se calcula que cada hembra pone unos nueve millones de huevos, y solo un pequeño porcentaje de estos consigue llegar a los ríos, donde comienza la siguiente fase de su vida.
Las larvas ahora sufren una metamorfosis y se convierten en las anguilas que conocemos, elvers. Aún sin las gónadas evidente que Freud buscaba, los peces viven y maduran durante años, remontando las corrientes de los ríos hasta el interior. Se cree que según de cuánto suban y la salinidad del agua se acabarán convirtiendo en machos o hembras en la última etapa de su vida.
Tras más de diez años en aguas fluviales, las anguilas vuelven al mar. Su último cambio comienza, y una vez más evolucionan a lo que se conoce como anguilas de plata. Sus ojos crecen y cambian para adaptarse mejor a las profundidades marinas, su piel se vuelve plateada y el aparato digestivo se disuelve. Aunque no tengan estómago por lo menos ya sí tienen testículos y ovarios. Durante meses recorren el lecho marino, sin poder alimentarse, en la misión de volver al mar de los Sargazos. Una vez allí, desovan y mueren.
Sigue habiendo incógnitas en el proceso: ¿qué condiciones hacen que una anguila sea macho o hembra? ¿Cómo se orientan de vuelta al mar de los Sargazos? ¿Qué hay en ese mar para que sea el único sitio donde pueden reproducirse?
Aún a día de hoy investigar a las anguilas presenta sus complicaciones. Estas viajan por el fondo del océano, y su punto de cría en el mar de los Sargazos está a cientos de metros de profundidad. Durante los últimos años se han hecho expediciones, colocando un localizador a anguilas de plata a punto de iniciar su migración. El aparato no tiene conexión en el fondo del océano, pero está configurado para desengancharse del pez después de unos días, flotando a la superficie donde puede transmitir su ubicación. Con buena planificación y muchos localizadores uno puede seguir la ruta migratoria de las anguilas hacia su punto de cría, pero lo que ocurre allí sigue sin ser del todo comprendido, a pesar de las expediciones que han ido a coger muestras del mar.
Todo esto es importante porque se están extinguiendo. El número de anguilas que llegan a ríos europeos desde épocas antiguas se ha reducido a menos del 5%, y con epocas antiguas quiero decir los años ochenta. Y esto es terrible porque son un manjar en muchas cocinas europeas y estamos perdiendo dinero, teniendo que importar muchísimas anguilas de América y Japón.
Las causas no están del todo claras, como todo lo relacionado con estos peces. Además de los clásicos de sobrepesca, parásitos y contaminación, se cree que uno de los factores que más ha afectado es la modificación de los ríos para uso humano, como presas y centrales hidráulicas. Esto se está intentando solucionar construyendo rampas para que los peces (anguilas, salmones, cangrejos y demás) puedan desplazarse y continuar su ruta.
Aunque existen piscifactorías, ninguna ha sido capaz de completar el ciclo reproductivo con éxito. Se limitan a capturar anguilas salvajes y engordarlas en un entorno controlado. Pero, al final, cualquier nueva anguila viene del mar. Algun proyecto (PRO-EEL, con participación de la Universidad Politécnica de Valencia) está intentando reproducirlas en cautividad, con grandes esfuerzos (como montar a las anguilas en una máquina de nadar que simule la migración de seis mil kilómetros), pero ninguna ha sobrevivido durante más de un mes tras eclosionar.
Así que ya sabeis: las anguilas sufren una metamorfosis, todas nacen en el mar de los Sargazos y se están extinguiendo. La semana que viene hablaremos de plátanos.
https://biodiversity.utexas.edu/news/entry/sigmund-and-his-eels
https://en.wikipedia.org/wiki/European_eel
https://en.wikipedia.org/wiki/Eel_life_history
https://www.fao.org/3/ap945e/ap945e.pdf
https://es.wikipedia.org/wiki/Mar_de_los_Sargazos
https://en.wikipedia.org/wiki/Fish_ladder
https://www.nature.com/articles/s41598-022-19248-8