Trabajo haciendo cumplir las regulaciones de contaminación, y de salud y seguridad de los trabajadores.
Cuando estaba aprendiendo mi profesión, mis compañeros de clase y yo nos reíamos por el nivel de obviedades específicas que veíamos en el Código de Regulaciones Federales (por ejemplo, el no almacenar materiales tóxicos en las cabinas de la tripulación). Jamás olvidaré el silencio que se hizo cuando nuestro instructor dijo las siguientes palabras:
"Vuestras regulaciones están escritas en sangre."
Estas regulaciones no se escribieron por capricho. Se escribieron porque a alguien se le ocurrió reducir costes poniendo quién sabe cuántos kilos de materiales tóxicos, radiactivos, carcinogénicos o lo que se les ocurriera en las mismas habitaciones donde dormían los seres humanos a quienes pagaban para transportar esos materiales. Se les ocurrió y entonces lo hicieron porque nadie les dijo que no lo hicieran.
Estas regulaciones se escribieron porque murió gente. De maneras horrorosas. Porque el capitalismo sin regulación valora el beneficio por encima de la vida y el sufrimiento humanos.