Es muy interesante que se comente la parte de que tiene texturas de 2010, pero pase inadvertida la de que el juego no tiene 32 gigas ocupados en integrar el sistema de motion capture con Antonio Banderas y Scarlet Johansson en el que se han ido 200 millones de dólares del presupuesto. Es un juego que, como pasa con muchos otros y como volvió a poner de moda Demon's Souls, se les puede hacer muy duro, pero muy duro, durísimo, a aquellos que no sólo quieran jugar.
Fundamentalmente porque es uno de esos juegos que te sueltan a tu aire y puedes estar fácilmente 20 horas sin haber visto ni una sola cinemática ni saber nada de la historia. Y eso, como digo, es ser atrevido frente al jugador de hoy. Se le puede hacer muy, muy, muy duro. Pero bueno, por eso el Zelda éste no es tonto y ha metido un sólido backbone de cinemáticas sobre el que respaldarse.