Era autor de libros infantiles de varias generaciones como Fray Perico y su borrico o El Pirata Garrapata. Maestro de profesión, fue una de esas personas humildes dedicadas en cuerpo y alma a hacer del mundo un lugar mejor, no sólo con sus cuentos, si no con su honradez, humildad y especialmente con su compromiso con la educación y la infancia. Aunque fuera ya mayor, seguía participando en ferias del libro, en eventos para los peques y respondiendo a las cartas que le enviaban sus lectores.
Desde aquí todo mi cariño hacia él y sus familiares