--Por eso vosotros entráis primero a ver quiénes están ahí dentro. En nuestro territorio dudo que alguno se juegue la vida disparando, pero vale: haced que os dejen pasar adentro para hablar con él tras comprobar si hay irlandesi, sin decir mi nombre en público. Io sonno muy persuasivo y el dueño me escuchará. Entraré por detrás con don Carlo.
Traviano se puso el sombrero y las gafas de sol con los que había visitado el barrio irlandés antes.