Acabado con todas las cacerías, ordalias y secundarias.
La trama principal es bastante predecible, pero al menos está bien contada, que es algo que hay que agradecer. Venimos de FF XV, juego que creo que argumentalmente tenía mucho más potencial, pero todo estaba contado como el culo por culpa de una mezcla entre un desarrollo catastrófico y un espíritu de franquicia multimedia planteado por un mono esquizofrénico.
Hay quién dice que la trama se desinfla, pero yo creo que simplemente te induces una expectativa de que tiene que haber algo más detrás de todo, un SUPERGIRO argumental que te cambiase todos los esquemas; y el juego te confiesa que no y se mantiene fiel a lo simple y predecible.
El sistema de combate está muy bien pero al eliminar todo el componente estratégico y limitarse a un solo personaje, no te aguanta para un juego que puede irse más arriba de las 30 hora. Destacar también que la variedad de enemigos se acaba haciendo escasa, con 8 plantillas de las que van a salir todos.
Encima, en el modo acción, la dificultad está tirada. Yo solo he visto una pantalla de Game-Over y porque contra un jefe me puse a experimentar con los nuevos poderes y me confíe. Jugando en serio, cayó sin dificultades. En las ordalias, si que he tenido que repetir alguna por tiempo porque no estaba familiarizado con los poderes que te dan, pero a la segunda acaban cayendo solas.
Habría que intentar el modo Final Fantasy, pero después de estar dedicándole tantas horas al juego, empezar de cero de seguido me cuesta, así que a corto plazo no me lo planteo.
Sobre la exploración, hay que diferenciar entre dos tipos de niveles:
-Niveles de acción pasilleros: No tienen perdón de dios. Son solo una sucesión de arenas de combate tras arena de combate, sin exploración ni puzzles alguno… a lo Devil May Cry, pero es que hasta esa saga o Bayonetta tienen más exploración dentro de sus niveles.
-Niveles abiertos: Zonas a lo FF XII pero mucho más vacías y carentes de secretos chulos que incentiven la exploración. Las recompensas que suelen dar los cofres no tienen valor alguno y lo única excusa para dar vueltas buscando algo, son las cacerías. La franquicia Xenoblade es muy superior en ese aspecto.
También puedes visitar pequeñas aldeas donde la falta de interacción es un poco decepcionante u hasta absurda. Por ejemplo, no hay posadas donde descansar para curarte, así que solamente puedes comprar pociones al mercader para luego darte cuenta… de que ¡no se pueden usar pociones dentro de las aldeas! De esta forma, si quieres curarte, tienes que comprar las pociones dentro y salirte para usarlas
Pese a eso, si que me gusta mucho como van cambiando a medida que la historia o las secundarias avanzan.
La base principal del protagonista si que está bastante bien, aunque por ponerle una pega, es demasiado grande y no puedes correr dentro de ella, lo que la vuelve tediosa sobretodo cuando toca cumplir secundarias de ir a hablar con distintos personajes repartidos a lo largo de ella.
Y ya entrando en las secundarias… el 90% en cuanto a diseño, son malas y pesadas; con triquiñuelas para alargarse artificialmente y dos plantillas de objetivos. El 70% de secundarias, por otro lado, si tienen interés argumental; sobre todo las del final del juego que me recuerdan muchísimo a las de Xenoblade 3 donde se le daba espacio para brillar a muchos secundarios y las colonias ganaban muchísima profundidad. Aunque hay que tragarse mucha broza, creo que algunas de las mejores escenas del juego se encuentran dentro de ellas, así que en ese sentido me siento gratamente sorprendido.
En fin, no me da la gana seguir escribiendo. Muy buenos gráficos, esencia, musicote y ya está. Buen juego y una propuesta sólida, algo que se agradece después de venir de la calamidad que supuso FF XV. ¿Vuelve a poner la saga en lo más alto? Pues no, pero hay que insistir en que se viene del XV. Poco a poco, aunque a poder ser, volviendo a ser un RPG con su grupo de personajes y no un DMC con numeritos.
7/10