De paso a ver si prohiben también las visitas comerciales al domicilio bajo pena de tortura. Al que me llama puedo bloquearlo o mandarlo a paseo sin tener que levantarme. O pasar veinte pueblos del teléfono como cuando veo un número desconocido. Al que pega al timbre de casa porque se piensa que tiene licencia para ello me cuesta aguantarlo un poco más.
No sé si será por vivir en una casa adosada a pie de calle, pero ha habito temporadas que era casi a diario con las alarmas, las placas solares y otras cosas que no me interesan. Tan quemado terminé que puse un videoportero. Ahora, aparte de no tener que bajar/subir escaleras, puedo incluso desactivar el timbre según el día y la hora para que no venga a despertarme el subnormal del aceite usado un domingo a las 9:00 de la mañana.