Yo hablo abiertamente de mi incansable afición a los juegos, y muchas veces me juzgan y miran raro, pero no me importa lo más mínimo; lo defiendo a capa y espada.
Y en el trabajo saben que, por ejemplo, intento pillarme días de vacaciones cuando salen los juegos que me gustan para viciarme sin parar. Vamos, que no me escondo.