Intolerable
Originalmente se empezó por ahí, pero no fueron los woke, sino los puritanos de EEUU. Esa era la clásica batalla que teníamos antes de que llegaran los woke. Y que durante los 90 y 2000 fue bastante victoriosa para la comunidad gamer. Por aquel entonces ya casi lo consideraba un tema cerrado, y la única amenaza en el horizonte era la SGAE y los diversos robos que se orquestaban contra los usuarios de medios telemáticos (por cierto, el PSOE muy metido en esto también. Pero ya sabes, classic PSOE lo de robar dinero a paladas con excusas bienquedas)
Pero luego llegó el movimiento woke y el nuevo feminismo, muy agresivo en sus formas, que empezó a reivindicar con mucho más éxito lo que los puritanos y conservadores varios llevaban intentando desde hacía mucho tiempo. Y que curiosamente la izquierda siempre había ayudado a repeler para que hubiese progreso de verdad.
También recordemos que todo el tema del Gamergate, allá por el 2010, es cuando se pilló a los medios con las manos en la masa de generar este enorme proyecto de ingeniería social que es la histeria woke. Muchos piensan que no, pero es un movimiento de las élites al pueblo y no a la inversa, porque para movilizar tanto a los medios necesitas una ingente cantidad de pasta. A ver si te crees que los mercenarios de la información trabajan gratis.
Ya por aquel entonces comentaba en los foros que el nuevo feminismo tenía una contradicción curiosa, y es que se oponían, supuestamente, a todo lo rancio, pero luego resulta que la interpretación que hacen de la sexualidad viene tremendamente influida por la ideología más conservadora. Y que mostrar el cuerpo de las mujeres era ofensivo contra ellas. En su momento yo pensaba que era una de esas ironías de la historia, pero ya más recientemente empiezo a tener mis dudas de si aquel conservadurismo y el nuevo feminismo no estarán más unidos de lo que parece. A fin de cuentas, de algún sitio tenía que salir la masiva cantidad de recursos para comprar a los medios de información y ponerlos a trabajar coordinamente en esta ingeniería social