Sólo a los consolerdos que jamás jugaron a The Elder Scrolls III les impresionó la “inmensidad” de Oblivion. Con su brujulita, sus iconos flotantes y su viaje rápido a donde te salga del culo.
Por cierto, el combate de Morrowind, aunque también era basura, por lo menos tenía algo que ver con los atributos de tu personaje.