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Me habré pasado los primeros baldur's, así como juegos del corte clásicos, una docena de veces. Eran los juegos que más me gustaban, me pasaba horas creando el personaje, optimizando las estadísticas, buscando el mejor armamento, explorando cada rincón del mundo y leyendo cada libro, cada carta, cada nota.
Ayer compré Baldur's Gate 3 tras volver a casa de unas largas vacaciones. Estaba ilusionado porque es una saga que me encanta, pero en el fondo de mi corazón sabía que ya no me gusta este tipo de juegos porque me roban demasiado tiempo. Aún así, llevado por la nostalgia y el estrés post vacacional, lo compré.
Aguanté 3 horas. Me hice un enano que me quedó bastante bien, estaba emocionadísimo, pero al empezar la aventura... ay Dios. Ya no valgo para esto. Demasiados objetos, demasiadas acciones, demasiado mapa, demasiadas conversaciones, demasiados libros, demasiadas decisiones.
Llegué a salir de una nave de los azotamentes con la ayuda de otros dos personajes y un cerebro con patas al que previamente lobotomicé. Ya en la playa, volví a reclutar a la clérigo y también me uní a un mago. Llegué a unas ruinas donde acojoné a un grupo de bandidos liderados por un gnomo y justo ahí me invadió una sensación de desidia, hastío, pereza. De repente vislumbré la inmensa cantidad de horas que me llevaría entrar en las ruinas, recorrer toda la playa, hablar con los personajes, explorar ciudades, luchar todos los combates... Me vi a mí mismo invirtiendo tantísimas horas jugando que me dio un ataque de pánico. Tengo muchas cosas que hacer como para andar perdiendo así tantísimo tiempo. No es un juego al que pueda dedicar un rato cada semana, que es a lo que estoy acostumbrado desde hace años. Este juego requiere dedicación y yo no estaba dispuesto a hacerlo.
Desinstalé el juego y solicité un reembolso que la gente de Steam aceptó amablemente. Me da mucha pena, porque si este juego hubiese aparecido en mi vida hace tan solo 10 años me lo habría metido por el culo tan fuerte que estaría meses totalmente absorbido por él. Pero ha llegado un punto en el que no solo no puedo jugarlo, sino que he descubierto que ya ni siquiera me gusta intentarlo.
Bueno, ya termino esta entrada en mi blog, gracias por llegar hasta aquí y rezad un ave maría por el cadáver de mi faceta jugona, que está ya más que muerta y enterrada.