Volver al Cerdo Combatiente era, en teoría, volver a casa.
Miela en realidad sólo estaba de paso. O al menos así tendía a tomárselo.
La joven se encaminó hacia una de las mesas más alejadas de la puerta y a la vez cerca de la barra, como solía. Esperaba estar a solas un rato, relajarse y beber algo, pero la hechicera del grupo expresó su deseo de acompañarla. Miela hubiera preferido descansar por su cuenta, pero de todos modos asintió hacia la Genasi. Podía tener mucha peor compañía que Merricat, uno de los pocos mercenarios que añadía algo de clase y amabilidad a un grupo de corta-gargantas.
La joven ex-soldado dejó su mochila y armas sobre la mesa, a excepción de su daga, y se sentó sobre un taburete antes de aligerar los nudos de los cordones de sus botas. Había marchado más rápido y más lejos en otras ocasiones, pero apenas reprimió un suspiro de alivio al quitar algo de presión a sus pies. Al ofrecerse Merricat a traerle algo de beber, Miela volvió a asentir, un poco avergonzada por estar más agradecida por eso que por la compañía. "Hiomiel, porrr favorrr."
Mientras Merricat se alejaba, Miela corrigió su postura, sentándose como una soldado: piernas ni muy abiertas ni muy cerradas, codos sobre la mesa y espalda perfectamente recta. Dado que estaba entre amigos, más o menos, también dejó su sombrero sobre la mesa, dejando al descubierto su melena marrón oscura, que como de costumbre parecía que le iría bien buen recorte y lavado. Su expresión, como de costumbre, era neutral y de alguna manera indiferente, aunque sus ojos dorados estaban abiertos y alerta.
Al poco, más mercenarios tuvieron a bien sentarse cerca de Miela. Decidida a ser mejor... camarada, quizá... la mercenaria decidió mostrarse algo más abierta. Cuando el enano, Traki, hizo una pregunta, Miela consideró su respuesta, aunque oyera de pasada que su siguiente enemigo podría no ser ni un demonio, ni un brujo, ni un fantasma. En respuesta a Traki, Miela tocó la mesa dos veces con sus nudillos para indicar que iba a responder... y señaló a una de las fuentes de luz del establecimiento. "Le fogo... siempe sive."