Bailey Bruer
En casa
Tarde, 3 de octubre de 2023
Bailey sale de su coche ardiendo en deseos de ver a su familia... ¡y afortunadamente no tiene que esperar mucho antes de que King aparezca, tan entusiasmado como siempre! La joven rubia ríe alegremente, sintiéndose más viva y más ligera, mientras pelea un poco por controlar a King para poder frotarle el lomo bien fuerte y susurrarle palabras de cariño, mirándolo a los ojos.
Lo que la sorprende es ver a su padre salir de la casa, y además tan bien vestido. La hace sonreír verlo así, tan... tan... ¡tan distinto! Tan... como antes. La sonrisa de Bailey se ablanda un poco, volviéndose más suave y tierna. Casi se siente como si hubiera viajado atrás en el tiempo, cuando la vida no podía ser más perfecta.
“Oh, un timing perfecto, Bailey. ¿Quieres acompañarme a la granja de los Doyle? Hay algo que quiero enseñarte.”
El tono misterioso y la sonrisa de su padre la intrigan muchísimo. ¡Pero no puede ir a visitar a los Doyle vestida como está ahora! ¡Y menos si va a acompañar a su padre, tan bien vestido! Rápidamente, Bailey se endereza y se acerca a su padre para tomarlo de los brazos y mirarlo de arriba abajo con gesto de aprobación y sonrisa sincera. "¡Claro que te acompaño! No te veo tan guapo todos los días, y quiero presumir un poco de tener al padre más atractivo en todo Innisport. Sólo deja que me cambia, ¿vale? ¡Bajaré en cinco minutos, de verdad que no tardo nada!"
Como una exhalación, Bailey corre a la casa y sube a su cuarto, seguida de King, a quien se tiene que quitar un poco de encima dejándolo fuera de la habitación para cambiarse en paz. Entonces, Bailey se remodela de arriba abajo. Primero de todo, se deshace la coleta y deja su melena libre para a continuación domarla (un tanto) con su peine. La ropa interior deportiva negra la cambia por lencería femenina y medias oscuras, seguidas de una falda plisada verde oscuro que le llega a cubrir las rodillas, una blusa blanca, y una gruesa chaqueta aterciopelada azul oscuro con botones y gemelos dorados. A esto le sigue una bufanda escocesa de un verde mucho más oscuro, unos zapatos marrones, una coqueta boina escocesa a juego con la bufanda, y los toques finales: lápiz de labios rojo mate, un ligero toque de colorete en las mejillas, unos pequeños pendientes dorados en forma de rosa en los lóbulos de las orejas a juego con los botones y gemelos de la chaqueta, un par de guantes de lana negros, y un perfume ligero pero de aroma dulce.
El conjunto en general tiene tonos oscuros pero hogareños, atrae la atención hacia sus elementos más claros (la falda, los botones y gemelos de su chaqueta y su rostr), y además cubre de forma más que razonable la figura generosa de Bailey.
Naturalmente, la joven tarda unos quince minutos en prepararse y salir de la casa en lugar de los cinco que aseguró que tardaría. Se acerca a su padre con una forma de caminar comedida pero femenina, con pasos rápidos pero medidos. Del hombro le cuelga un bolso de cuero marrón, y mientras Bailey se acerca a Alan, lo abre y le deja ver como de pasada que contiene la caja de bombones que iban a llevarle a los Doyle.
Naturalmente, King le sigue los pasos de cerca, mirándola fijamente, como si sintiera curiosidad por lo diferente que está ahora. Hasta puede vérsele olisquear el aire, disfrutando del perfume de la chica.
"Bueno, creo que estoy lista. ¡Cuando quieras, Papá!"