KatamariRoller “Bueno, la cena está… parcialmente servida. Las pizzas aún tardarán un poco. Tenemos palomitas, sólo es cuestión de prepararlas para cuando vayamos a ver una peli, si queréis. Pero aún falta un pequeño detalle.”
"¿Qué película queréis ver? ¿Quizá algo de romance para quitaros el regusto de las historias de terror" María saca una sonrisilla al hablar del tema. Eso era su fuerte, o eso quería creer. "Veamos una peli o no tengo muchas ganas de palomitas la verdad, ¡que hambre!"
Ella se reincorpora. Cruza las piernas y se pone a pensar.
Una historia se le pasa por la cabeza y saca una mueca de desaprobación. No. Era tentador, pero no. No iba a mezclar el trabajo con sus amigas. No directamente.
KatamariRoller “Hmmmm… no conozco ninguna historia de miedo…” Dice, antes de empezar a comerse sus macarrones despacio, pero disfrutando del sabor. Se relame los labios en señal de aprobación…
"Pues empiezo yo" dice María, emocionada, mientras come unos pocos macarrones, y piensa.
Luego, se pone seria.
"Imaginaros un día, como hoy. Es plena noche. Las calles están vacías, la luna brilla débilmente, y el viente no corre, si no camina.
¿Nunca habéis tenido la sensación de que alguien os vigila?
Es sólo una sensación momentánea, pero está ahí. Ojos que se observan entre las casas. Entre los árboles. En éstos parajes, podría haber decenas o miles de ojos observando. Pacientemente... Eso es lo que piensa el cuerpo. Pero es todo un engaño. El verdadero peligro no es sentir que te observan... es cuando eso no ocurre.
Porque cuando eso no ocurre, ella está ahí. Llorando."
María se lleva un dedo en la boca, y otra mano en la oreja, intentando escuchar algo.
"Hay muchos ruidos extraños horribles en el mundo. Gritos de dolor, gritos de muerte, de tristeza, de desesperación... pero no hay nada más horrible que el grito desesperado de una madre que pierde a su hijo... o hija" la cabeza de María pasa entre las muchachas, casi juzgándolas."
"Tiene muchas formas. Algunos creen que es la reenarnación de una diosa maya o azteca. O el fantasma de una mujer que vivió en la época española... o incluso alguien que vino de Inglaterra, como protestante, y se asentó en Maine, perdiendo sus hijos, secuestrados por las brujas en sus rituales. Pero siempre tiene la misma forma: una mujer que llora desconsolada, al ver sus hijos morir en el agua."
María usa la atmósfera para acercarse un poco más y mover las manos para llamar su atención. Era un movimiento muy estudiado durante años.
"El odio y la tristeza la consumen. Sus hijos murieron, pero no acepta su pérdida. No puede perdonarse, así que no puede reunirse con Dios. Su objetivo es vagar por toda la eternidad, llorando... esperando... al ver a un ser humano mientras llora, lo abrazará sin dudar...
... y lo acompañará a la orilla del agua. A reunirse con La Llorona por fin. Para siempre" María cierra el puño con teatralidad, mientras sonríe, esperando la reacción de sus amigas.