Clase de los mayores
"Vasily Kandinsky no solo fue un pionero del arte abstracto, sino también una persona con una vida increíblemente inspiradora", comienza la profesora. "Nació en Moscú en 1866 y lo interesante es que no comenzó su carrera artística hasta los 30 años. Antes de eso, estudió Derecho y Economía. ¿Podéis imaginar el cambio tan radical en su vida?"
Mientras los estudiantes mezclan sus colores, la profesora continúa: "Kandinsky tenía una conexión única con el arte; él experimentaba algo llamado sinestesia, lo que significa que podía escuchar colores y ver sonidos. Esta sensación única influía profundamente en su arte. Cada pincelada, cada color que usaba, tenía una correlación con la música para él, creando una orquesta de colores en sus lienzos".
Elijah, Rachel, Bailey, Milly, junto a la mayor parte de la clase, absorben cada palabra, imaginando cómo sería experimentar el mundo de esa manera tan singular.
"Durante su vida, Kandinsky enfrentó muchos desafíos, incluyendo la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa, lo que lo obligó a mudarse varias veces. Pero cada cambio, cada experiencia, se reflejaba en su arte, transformando su estilo y su enfoque. Su obra pasó de ser más figurativa a completamente abstracta, explorando la relación entre el color, la forma y el espacio de maneras que nadie había hecho antes".
"Y aquí viene lo inspirador", añade la profesora con una sonrisa. "Kandinsky creía firmemente en el poder espiritual del arte. Para él, el arte no era solo una representación de la realidad, sino una forma de alcanzar un nivel más profundo de espiritualidad y conexión con la esencia de lo que es la vida misma. Su trabajo nos enseña que podemos encontrar significado y belleza en los aspectos más abstractos de la vida, y que nuestros desafíos y experiencias pueden transformarse en algo hermoso y profundo".
Los estudiantes, inspirados por estas palabras, miran sus propias creaciones con una nueva perspectiva. Incluso Dez, siempre listo para una broma, parece contemplar su trabajo de una manera más reflexiva, mientras que Felicity perfecciona su técnica con una renovada pasión. Mientras tanto, Vanessa y Carly, a pesar de estar distraídas, cuchicheando rumores sobre un profesor y una alumna teniendo encuentros furtivos, no pueden evitar un creciente interés por la historia de un hombre que transformó su vida y el arte de una manera tan extraordinaria.
La profesora Martínez, notando el interés creciente de sus alumnos, decide añadir un toque de misterio a la charla sobre Kandinsky, mencionando algunos rumores y leyendas que rodean su arte y su posible conexión con el ocultismo.
"Además de su innovación en el arte abstracto, hay rumores y leyendas que vinculan a Kandinsky con el ocultismo y lo esotérico", dice la profesora, captando la atención inmediata de todos en la clase. "Algunos estudiosos del arte sugieren que Kandinsky, como adalid del espiritualismo en el arte, lo era también de ciertas teorías esotéricas. Se dice que su obra está impregnada de simbolismo oculto, aunque él nunca lo confirmó explícitamente que nos haya llegado."
Algunos alumnos intercambian miradas intrigadas, mientras otros, como Dez, parecen todavía más fascinados. "Por ejemplo, se rumorea que Kandinsky estaba influenciado por la teosofía, una creencia que combina elementos de filosofías orientales y occidentales, buscando entender el propósito espiritual del ser humano. Algunos de sus cuadros, especialmente los que usan formas geométricas y colores luminosos, se interpretan como mapas espirituales, guiando al espectador hacia una comprensión más profunda del universo", explica la profesora.
Dez, con su amor irracional por romper lo establecido, se sumerge más profundamente en la idea. "¿Entonces, sus pinturas podrían ser como puertas a otro nivel de conciencia?", pregunta con curiosidad.
La profesora Martínez sonríe. "Exactamente, Derek. Aunque nunca podremos saber con certeza si Kandinsky tenía intenciones ocultas en su arte, estas teorías añaden una capa de misterio a su trabajo. Nos recuerdan que el arte no es solo lo que vemos en la superficie, sino que puede tener múltiples facetas y significados, algunos de ellos ocultos a simple vista".
Tras sonar el timbre, la profesora Martínez les despide y deambulan hasta el aula de la profesora Smith. Durante la clase de español, la profesora pregunta si alguien leyó el poemario de Lorca que recomendó la semana anterior.
Felicity, con su característica mezcla de falsa modestia y condescendencia, levanta la mano con una elegancia exagerada y dice, casi como si estuviera en un escenario: "Ciertamente, profesora, tuve el placer de sumergirme en sus versos. ¿Sería posible que recitara mi favorito, 'Canción del jinete'?"
La profesora Smith, ligeramente sorprendida y evidentemente impresionada, asiente. Felicity se pone de pie con un dramático movimiento de su falda. Comienza a recitar con una voz clara y un tono altivo, pero con una teatralidad que roza lo cómico:
"En la luna negra
de los bandoleros,
cantan las espuelas.
Caballito negro.
¿Dónde llevas tu jinete muerto?
Las duras espuelas
del bandido inmóvil
que perdió las riendas.
Caballito frío.
¡Qué perfume de flor de cuchillo!
En la luna negra,
sangraba el costado
de Sierra Morena.
Caballito negro.
¿Dónde llevas tu jinete muerto?"
Mientras recita, Felicity hace gestos grandilocuentes, como si estuviera en un escenario de teatro en lugar de un aula. Algunos compañeros parecen cautivados por su interpretación, aunque más por su exageración que por su habilidad. Otros estudiantes intercambian miradas y sofocan risas, encontrando su teatralidad más divertida que impresionante. A pesar de las reacciones encontradas, Felicity concluye el poema con una reverencia teatral, regresando a su asiento con un aire de dignidad autoproclamada.
La profesora Smith, intentando mantener la compostura, agradece a Felicity y continúa con la clase hasta que poco después suena el timbre y les despide antes de que salgan a disfrutar de su descanso.