Milly
La sheriff Carson, al principio, muestra un gesto que insinúa que está a punto de compartir algo importante. Sin embargo, al oír a Milly, su expresión cambia abruptamente. Frunce el ceño, como si pesara cada palabra, y luego su semblante se torna firme y profesional. Sus ojos se clavan en Milly con una intensidad que no deja lugar a dudas sobre su autoridad.
"Entiendo que esto te preocupe," comienza la sheriff, haciendo una breve pausa y mirando hacia la ventana antes de volver su atención a Milly. "Y sé que eres una periodista de instituto con fama de inquieta," continúa, su voz adoptando un tono serio y directo. "Pero, aunque suene a algo que dirían en las series de la tele: Milly, la que hace las preguntas aquí soy yo."
En el otro extremo de la mesa, la directora Harper interviene. Su tono es más suave, pero no menos firme. "Señorita Pencott, por favor, responda a la sheriff y veamos hasta dónde nos lleva esta conversación". Aunque su comentario es menos imponente que el de la sheriff, subraya la importancia de su cooperación en este delicado asunto. Harper apoya las manos sobre la mesa, inclinándose ligeramente hacia adelante, en un gesto que parece tender un puente entre la rigidez de Carson y la incertidumbre de Milly.
Fuera de la ventana, los sonidos habituales de la escuela contrastan con la tensión que se percibe en la habitación. El murmullo de estudiantes y el lejano sonido de un timbre sirven como recordatorio del mundo exterior, ajeno a la intensa conversación que se desarrolla dentro del despacho de la directora.