Bailey Bruer
Jardines del instituto Pine Ridge
Almuerzo, 3 de octubre de 2023
Bailey, por nerviosa que esté, escucha atentamente a María. De hecho, se para cuando... María dice que... ¿que las ha visto? ¿Y que le han hablado?
Con María aún en los brazos, Bailey se gira y mira a Milly. La chica con coletas también parece estar un poco rara. Habla de una forma y tono que a Bailey hace que le salten las alarmas.
Pero...
Bueno, a ver, pensemos. ¿Una fuga de gas aquí, tan lejos del instituto? No parece muy probable a menos que haya un laboratorio de crack bajo tierra. Y en cuanto a plantas alucinógenas, eso no parece muy probable. Si existiera una planta capaz de provocar alucinaciones a una persona en sólo unos segundos, el último lugar donde se la encontraría sería aquí, al lado de un instituto. Al menos aquí, en la naturaleza. Otra cosa sería dentro de unas bolsitas de plástico en manos de un tipo de mala pinta con capucha.
Hablando de personas de mala pinta...
Bailey, María, Milly
Bailey oye ruido enfrente de ella. Al buscar con los ojos, ve a Rachel acercarse, aunque a Bailey no le suena mucho la chica. No porque no destaque, con su aspecto, sino porque no ha hablado mucho con ella... ¿no era una de las estudiantes que estaba siempre en problemas o expulsada? Posiblemente la única en ese plan, ahora que lo pensaba.
A estas alturas, a Bailey empiezan a cansársele los brazos de llevar a María en plan princesa sobre ellos, y además... se da cuenta de que ir cogiendo a María en brazos cada dos por tres puede ser un poco demasiado. Una violación del espacio personal, según había leido en Internet. Despacio y con gentileza, la atleta deja a María de pie sobre el suelo y respira hondo, antes de rascarse la nuca mientras ve a Milly acercarse también. "Lo siento. No entiendo esto... ¿nos has visto, dices...?"
Bailey, María, Milly, Rachel