Cien días sin lluvia en España: ¿Por qué sucede esta catástrofe? ¿Qué localidades están en "alerta"? ¿Qué medidas se toman?
La primavera de 2023 está siendo de las más secas desde que hay registros en diversos sitios de la España peninsular. Y los meteorólogos no ven en el horizonte de abril la llegada de lluvias importantes. "Este fin de semana llega un frente atlántico, sí, pero será poco activo, ni mucho menos suficiente para paliar la sequia, no traerá una precipitación generosa. Lo que sí viene, y eso sí es preocupante, es una semana próxima todavía de abril con temperaturas de julio", dice a 20minutos Mar Gómez, doctora en Físicas y meteoróloga de eltiempo.es.
Ante esta falta de precipitaciones generosas, la reserva hídrica española está al 50,7% de su capacidad, con algunas cuencas en el 25%. Los embalses almacenan 28.400 hectómetros cúbicos (hm³) de agua, cuando la media de los últimos diez años es de 37.818. Consultamos a los expertos por qué no llueve desde hace más de cien días en puntos de España, quién planifica el uso del agua y cuando volverán las tormentas.
¿Por qué no ha llovido esta primavera?
"Básicamente porque hemos tenido varias situaciones de estabilidad enganchadas, anticiclones y dorsales. Los anticiclones son como escudos que bloquean y desvían las lluvias. En definitiva es que la estabilidad ha predominado", explica la meteoróloga Mar Gómez.
En España, ahonda Gómez, los vientos ábregos, los vientos húmedos que entran por el suroeste del país, que vienen del Atlántico y están asociados a borrascas, son los que traen la lluvia. Y este fenómeno no se ha dado desde la primera quincena de diciembre de 2022, por eso la lluvia ha estado prácticamente ausente en la mayor parte del país.
¿Dónde se ha recogido menos agua de lluvia?
En eltiempo.es han hecho un análisis del número de días sin lluvia en las principales ciudades, y han constatado que había varias, como Toledo o Teruel que rondaban "los 100 días sin lluvia relevante, lugares donde no desde el arranque del año".
Precipitaciones relevantes son cuando se da un acumulado diario superior a 2,5 mm. Esta ausencia de precipitaciones relevantes agudiza una sequía que, en muchos lugares, ya es la peor desde los años 90.
Las dos primeras semanas de abril dejaron tres litros por metro cuadrado y el abril más seco hasta ahora era el de 1995, cuando cayeron 25 litros.
Más de 100 días sin llover
Los meteorólogos destacan el caso, por ejemplo, de Teruel. La capital de la provincia sólo ha recogido algo más de 6 mm de lluvia en el año, y no ha tenido en 2023 un sólo día con más de 2,5 mm acumulados. En resumen, 2023 ha significado su comienzo de año más seco desde que hay registros. La ausencia de lluvias también es notable en Toledo y puntos de Ciudad Real, donde llevan sin ver lluvia relevante prácticamente desde inicio de año. En otras amplias regiones de la España peninsular llevan también 30 días o más sin ver lluvia relevante. En las Islas Canarias rondan los 50 a 60 días en la mayoría de islas.
Pero existe otro fenómeno, el de la "racha seca", de Albacete, por ejemplo. Que aunque haya llovido puntualmente algún día en 2023 el acumulado total de lluvia este año es el más bajo para el período 1 de enero a 11 de abril desde 1939. Este mismo patrón se repite en otros puntos como Huelva, donde 2023 también ha supuesto el comienzo de año más seco desde que hay registros, o Sevilla, donde 2023 está en segundo lugar pero prácticamente empatado con 1983.
¿Es por el cambio climático?
Los expertos creen que sí. "Estamos viendo que nuestro país cada año cierra con temperaturas más altas. Ahora vivimos un verano adelantado, la semana que viene habrá temperaturas propias de julio y estamos abril. El año pasado, 2022, fue el más seco desde que hay registros en Europa. Y el 63% de los ríos tuvo un caudal por debajo de la media. Este año sucederá igual", asegura Mar Gómez.
¿Cuándo lloverá como se necesita?
Los meteorólogos advierten de que su modelo de predicción solo llega con alta fidelidad hasta fin de mes. Así, aunque este fin de semana llega un frente en general poco activo, "salvo algunas tormentitas muy locales", no se ve en el horizonte de abril nada que pueda paliar sequía. "Antiguamente llovía en abril, aguas mil se decía, pero vamos a tener que adaptar el refranero hasta nueva situación. Era un mes en el que solía llover, porque en general la primavera se caracterizaba por la inestabilidad, el tránsito de masas de aire y las lluvias, pero ya no es así", se lamenta la meteoróloga.
¿Cómo fue la primavera del año pasado?
La primavera de 2022, pese a ser de los años más secos, fue húmeda. De hecho, "llovió un 112% de la media y fue undécima primavera más lluviosa del siglo XXI". El problema es que en verano no llueve en España. "El verano no es una estación marcada por la lluvia. El acumulativo es lo que hace que la situación sea tan preocupante, y el hecho de que las reservas hídricas estén por debajo de la media de los últimos diez años. La cosa se puede poner complicada", advierte la experta.
¿Cuál es la reserva hídrica actual?
A fecha del martes 18 de abril de 2023, última actualización oficial, la reserva hídrica española estaba al 50,7% de su capacidad total. Los embalses almacenan 28.400 hectómetros cúbicos (hm³) de agua, disminuyendo en la última semana en 282 hectómetros cúbicos (el 0,5 por ciento de la capacidad total).
¿Hay planes para afrontar la sequía?
Los Planes de Sequía establecen cuatro niveles o umbrales de fases de gravedad progresiva de las sequías: Normalidad. Pre-alerta. Alerta. Emergencia. En todas las fases se establecen medidas de vigilancia y control. La gestión se cambia a partir de la fase de alerta (acuerdos temporales, cambios puntuales en alguna concesión, decretos). En fase de alerta o emergencia se pueden establecer medidas de restricción de uso (por ejemplo: reducir la dotación de riego), siempre con el objetivo de atender la prioridad, que es el consumo humano.
¿Qué medidas se han tomado ya este año?
La cuencas hidrográficas del interior de Cataluña están en niveles "catastróficos" según la Generalitat (con llenados del 25%), como también lo están las cuencas de Andalucía (26%). Barcelona, por ejemplo ya está en fase de alerta. Esto significa, por el momento, que se debe reducir el consumo habitual en uso domiciliario, comercial, industrial y otros usos recreativos un 5%. En esta fase no se contemplan cortes de suministro.
Sin embargo, sí que se detiene el llenado de los manantiales de las fuentes ornamentales municipales que utilicen agua potable, o las plantaciones nuevas de césped, planta de temporada, arbustos y árboles.
De las 18 unidades en las que está dividido el territorio de las cuencas internas catalanas, a día de hoy tres están en situación de normalidad, tres en prealerta, ocho en alerta y cuatro en emergencia, lo que aplica en decenas de municipios. Durante la excepcionalidad, en dichas localidades entra en vigor la reducción del 40% del agua para usos agrícolas. Del 15% para usos industriales y lúdicos. Así como la proohibición del riego de zonas verdes, tanto públicas como privadas (solo se permitirá el agua para mantener vivo el arbolado y haciéndolo gota a gota o con regaderas). Se veta la limpieza de calles con agua potable y se consigna par abastecimiento 230 litros de agua por habitante y día.
¿Qué se puede hacer ante esta situación?
Desde el Ministerio para la Transición Ecológica piden "tomar conciencia de que este es un problema de todo el país y de toda la ciudadanía. Además, insisten en que "todos podemos ahorrar agua, en nuestro hogar, en nuestro negocio o en el campo. Consumir menos agua hoy nos permitirá disponer de más agua el día de mañana. Cada gota cuenta".
Las administraciones locales piden al Estado, por su parte, actuaciones para incrementar la potabilización y reutilización de aguas, así como la recuperación de pozos y acuíferos.
¿Hay riesgo de desabastecimiento?
El abastecimiento de agua a la población es prioritario por ley frente a otros usos como el regadío o al agua industrial. Es competencia última de los ayuntamientos; los consistorios de más de 20.000 habitantes están obligados a adoptar planes de emergencia que permitan atender las necesidades de consumo humano.
El Gobierno no se plantea en estos momentos proceder a racionar el consumo humano de agua, aunque la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, ha pedido este jueves a los cuidados "ser extremadamente cautos" en el consumo de un recurso cada vez más limitado debido a la sequía. A pesar de ello, ha apuntado que las reservas actuales permiten tener disponibilidad en los "meses más duros" y hasta septiembre. "Nuestra convicción es que debemos ser extremadamente cautos en la manera en que consumimos agua", ha dicho Ribera en el Congreso.
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