Llevo unas pocas horas con el juego y tengo sensaciones agridulces. Lo dulce es que en la base es lo de siempre, más o menos.
Lo malo es que no tengo claro que el mundo abierto sea una buena idea. Realmente ahora me paso las zonas a caballo y tira para adelante. Sí, sé que hay ruinas por el camino y tal, pero realmente no aportan demasiado jugablemente.
Además creo que he ido directo a una zona que igual no tendría que haber ido (realmente sí, porque era ir siguiendo las gracias) y tras sudar para matar a un león en castillo al norte (que no era ni el jefe de la zona, que era otro), decidí volver mis pasos hacia el sur y ahora me encuentro con enemigos débiles que casi que pierde la gracia el juego.
Después he llegado por un cofre a una cueva de cristal en donde hacía poco daño y no me deja volver a las otras gracias. Y he llegado a una ciudad de fantasmas en la otra punta del mapa. Voy un poco perdido, la verdad.