Un grande, que trajo a España el humor del tipo Lenny Bruce, Carlin o Louis CK, pero con un toque personal especial. Ignatius no es repetitivo, como se ha dicho, sino que su material es un conjunto de running gags constante, que ya sabes que vas a escuchar, pero que nunca sabes hasta qué punto va a llevar al delirio en su in crescendo esquizofrénico.