Tras abrir la caja, Bailey saca primero el collar, con mucho cuidado. Todo en la caja tiene aspecto bastante antiguo, y no se atreve a tratarlo de forma brusca, de modo que utiliza ambas manos para sostener el collar antes de depositarlo con la máxima suavidad sobre la mesa. Luego, toma la llave, pero... ésta no parece tener ningún detalle interesante, algo que la haga fácil de identificar en su empleo. Con un suspiro, la deja junto al collar.
Al fin, con más cuidado aún, Bailey saca la carta y la extiende sobre la mesa para que todos los presentes (el distinguido King aparte) la puedan leer. A Bailey le cuesta un poco entender la caligrafía, sobre todo estando poco acostumbrada a algo escrito a mano bajo la luz de las velas, y no en una pantalla electrónica con iluminación artificial.
Conforme lee, a Bailey se le acorta la respiración, y pestañea lo mínimo. La carta revela una historia horrorosa que la llena de indignación al tiempo que le permite atar algún cabo suelto. Mientras relee, Bailey frota el suave tejido del estómago de su sudadera, pensando. ¡Ahora entiende los ruidos extraños y las apariciones! La mujer de la ventana debía ser Anisette, queriendo llamar la atención de Bailey al derribar el marco de la foto. Los sonidos de un bebé debían tener que ver con el bebé de Anisette. Pero...
... ¿porqué ella?
¿Qué tenía que ver Bailey en todo esto? Si Anisette quería ayuda, podría haber encontrado a alguien mejor para ayudarla. Un adulto con poder, alguien que pudiera obligar a los Doyle a responder a preguntas, o que le permitieran abrir la casa. La llave probablemente correspondía con alguno de esos típicos sótanos de granja que en las películas a veces servían como refugio contra los huracanes. En el caso de la granja Doyle, parecía que guardaba secretos. ¿Pero porqué acudiría Anisette a Bailey?
A menos que...
"Vale, pues definitivamente algo viene por mí."
La voz de Bailey es fría pero firme. No mira a Alan y a Marina, pero les está hablando a ellos mientras examina otra vez cada objeto que ha sacado de la caja, empezando por la llave. La toma en su mano y la sostiene, mirándola como si pudiera derretirla con la mirada y hallar una pepita de verdad en su centro.
"Ayer, oigo llantos de bebé, algo que me viene a buscar, y veo una imagen de mí misma que no reconozco en un espejo. Hoy, una mujer fantasma toca la ventana, y llama nuestra atención hacia la foto que está arriba para revelar que los Doyle hace doscientos años participaron en algún ritual satánico que mató a un bebé, y luego mataron a su madre."
Al fin, Bailey mira a Alan y a Marina.
"Es obvio, ¿no? Me busca el bebé de Anisette, la que escribió esta carta. O algo peor todavía pero relacionado, no sé qué puede ser exactamente. Pero el caso es que Anisette ha querido advertirme esta noche, y me ha puesto la solución delante de las narices."