Isolee
Bailey
Bailey asiente hacia Felipe mientras trata de recordar dónde queda España. Ya que tenían una maestra en el instituto que también provenía de allí, cree recordar que está en algún punto cerca de Italia, pero no acaba de especificar más en su mente. La verdad es que le da un poco de vergüeza no poder atinar mejor, pero bueno, tampoco importaba tanto. Sobre todo cuando ve a su padre y a Marina asomar otra vez.
No le gusta para nada la mirada de Marina. Estaba claro que la mujer era hostil hacia ella, y Bailey no sabía porqué. Jamás le había hecho nada aparte de asustarla una vez, y tampoco había hecho nada entonces para provocar esa reacción. De no ser por la seriedad de la situación, quizá se hubiera dejado llevar un poco y habría mostrado que tampoco es que ella estuviera aquí por voluntad propia, pero... bueno. No parecía buena idea enemistarse con la mujer cuando necesitaba su ayuda.
Todo esto distrae tanto a Bailey, que apenas logra captar la petición de Felipe de intercambiar Instagram. Incluso el darse cuenta de que ella no se ha presentado aún no causa que su mente se concentre en la conversación. "Sí... claro... dame un momento..."
Bailey saca el móvil de su bolso. Se siente... extraña. Como si el mundo fuera una esponja cálida y ella estuviera atrapada en sus profundidades. El móvil casi se le escapa de entre las manos, extrañamente torpes. "P-perdona, ni me he presentado..." La joven logra balbucear mientras busca sus datos para pasárselos a Felipe. "... me llamo Bailey. Bailey Bruer. Me gustaría mucho ver esas fotos..."