Para mi un videojuego lo hace bien cuando consigue que yo empatice con el personaje. Que yo sienta que estoy viviendo esa historia.
He sido Amicia, El Jefe Maestro, Laura Croft, Ichiban, Kaim Argonar, Kait Díaz y un sinfín de personajes más. Claro que no soy una niña francesa del Siglo XIII, ni un humano modificado con armadura, tampoco soy un inmortal de otro universo... pero cuando los jugaba, lo era.
Creo que estamos exigiendo a los juegos algo que no son. No son sitios para reforzar mi personalidad, son aventuras para ser y vivir otras personalidades. Ya sea un dinosaurio, un fontanero que come setas o un luchador trans en una arena. El género aquí no es lo importante y es triste que se ponga el foco ahí y no en otras cosas.