Acabo de verla y mi sensación es mixta.
Por un lado, es la más consciente de sí misma y de la personalidad que veía adoptando en las últimas entregas, lo cual significa que tiene los momentos más flipados de toda la saga, además, hecho así adrede. Son escenas que no te puedes creer -lo del propio ciego es autoparódico-, y si no compras esta idea -o lo sobredimensionada que está la resistencia de Wick, aún más y de manera más patente que en las anteriores películas, como ocurre por ejemplo con la escena final de las escaleras, cuyo único propósito es ese- te va a chirriar toda la película.
Por otro, es la que menos magia tiene. A cambio, es la más técnica de todas. Cada escena de acción de la película se sale de la mayoría de convencionalismos del género y apuesta por algo distinto, conservando lo que ya caracterizaba a las anteriores entregas, las tomas largas en las que la acción es pausada y se siente más realista -para bien y para mal- y menos frenética, pero hay más peso en cada movimiento. La secuencia sostenida a lo Hotline Miami con la cámara cenital, probablemente con un dron, mientras John y el negro con el perro arrasan el interior de un hotel, me parece una jodida genialidad. De hecho, es que me sorprendería mucho que no estuviera inspirada en Hotline Miami.
El director experimenta y experimenta. La escena de acción en la que están en una rotonda enorme con coches todo el rato pasando no sé cómo estará rodada, es evidente que las colisiones no pueden ser reales o las hacen stuntmans, pero me parece una flipada ser capaz de mantener planos tan largos ahí.
La película es acción, acción y acción conforme se va desarrollando, y a cada nueva escena de acción intenta probar algo distinto, yo diría que a nivel técnico con acierto siempre. También, mucho valor por parte de Keanu que ahora también se atreve a luchar con nunchakos.
Cualquiera hace una película de acción cuando te están cortando todo el rato la cámara y confundiendo al espectador, pero hay que tener muchos cojones para intentar coreografiar algo con un actor que no es artista marcial -caso de Keanu- con armas que no ha utilizado en su vida, porque ahí es donde te arriesgas a que se vean las costuras. Y se ven, porque se nota, pero para mí el resultado sigue siendo preferible al típico corta corta.