Terminado el contenido para 1 jugador de Mario Kart World.
El mejor y más ambicioso Mario Kart hasta la fecha. Así de simple.
Para muchos, Mario Kart 8 Deluxe es considerado el título “definitivo” de la saga, pero en realidad solo lo es en cuanto a contenido gracias al que ha ido acumulando con la versión original + DLCs de esta + Season Pass del Deluxe, pero ya. Más allá de eso, la fórmula llevaba demasiado tiempo estancada, cómoda en su éxito. Yo mismo decía que si el nuevo MK hubiese sido lo mismo pero con otro gimmick, se habría quedado en la tienda.
Con World, Nintendo entendió que no podía superarlo en cantidad, así que decidió quitarle la numeración y dar el cambio que la serie necesitaba. Y lo logró. Las novedades jugables no se quedan en un simple gimmick que afecta más en lo estético que otra cosa. Tienen verdadero impacto en cómo se juega y se siente cada carrera.
El nuevo sistema de grindeo y acrobacias es tremendamente adictivo. Es fácil de ejecutar, pero difícil de dominar, y multiplica por cien la interacción del piloto con el entorno. Esto obligó a rediseñar por completo los circuitos, llenándolos de rutas alternativas, atajos y posibilidades de exploración, lo cual es ideal para exprimir el modo contrarreloj. Visualmente son una pasada, y su diseño jugable una ida de olla. La nueva Senda Arcoíris es espectacular.
Es la entrega más técnica hasta ahora, y el game feel es más dinámico al poder resistir ciertos impactos y ser más ligero. El aumento del número de corredores añade un caos que lo hace más divertido.
Mario Kart World no solo aporta mecánicas nuevas. También reformula los modos clásicos y añade otros nuevos, con un enfoque más cohesionado. Esta vez, han creado un mundo abierto explorable, con clima dinámico y circuitos conectados entre sí mediante múltiples rutas. Algunas de estas rutas son pistas menores inspiradas en entregas anteriores. El diseño está muy trabajado para que puedas desplazarte de un lado a otro y explorarlo de forma natural y reversible.
Aun así, no hay que confundirse: sigue siendo un Mario Kart. El núcleo del juego son las carreras. El mundo abierto sirve como un espacio para relajarte, disfrutar de los paisajes, la música, y sobre todo explorar y dominar los circuitos.
Regresa además el modo Misión, heredado de la entrega de DS, pero esta vez integrado dentro del mundo. Los interruptores P activan desafíos de dificultad variable, y los más complicados pondrán a prueba tu habilidad. Fue mi modo favorito, ya que aportaba frescura y más contenido para un jugador. Por eso, entre otras cosas, MK DS era para mí el mejor antes de la llegada de World.
Repartidas por el mundo hay también medallas Peach ocultas y bloques ? dentro de los circuitos. Estos tres elementos —interruptores, medallas y bloques— incentivan la exploración y la recompensan con pegatinas para personalizar tu vehículo, aunque desgraciadamente se queda en muy poca cosa, y acaban siendo simplemente algo más coleccionable que nada.
Que esa es otra. Se pierde personalización en los vehículos. Tampoco es que MK sea el culmen de la complejidad en lo que a estadísticas se refiere, pero estaba chulo y es una pena. A cambio, podrían haber añadido una mayor cantidad. De todas formas, los diseños de los que hay me gustan bastante.
Eso sí, fue una cagada gorda que de un inicio el mapa no mostrara la ubicación de los interruptores y medallas; encontrar todo era un dolor de cabeza. Por suerte, una actualización lo corrigió y ahora puedes ver su ubicación y si te falta algo.
Explorando también te toparás con vehículos especiales —como un barco, un camión o incluso un OVNI— que puedes controlar temporalmente. Son pequeños detalles que dan variedad al mundo. Desde la última actualización, el OVNI te permite desbloquear personajes abduciéndolos. Una opción más cómoda que la que había desde un principio.
Hubiera sido genial que añadieran más contenido secundario: tareas opcionales o incluso un modo aventura. Ojalá sea algo que amplíen en el futuro ya sea en esta o en nuevas entregas.
El hecho de que los circuitos estén integrados en un solo mundo permite recorrerlos en ambos sentidos y enlazarlos libremente. Esto da lugar a cientos de rutas distintas y abre la puerta a competiciones personalizadas con el modo Carrera VS, tanto en solitario como en multijugador.
Otra novedad es el modo Supervivencia, donde compites en una serie de seis tramos eliminatorios. En cada tramo, cuatro corredores quedan fuera hasta que solo uno alcanza la meta final. Es una idea brillante y muy divertida, que saca partido de los tramos entre circuitos.
El clásico modo Gran Prix también cambia. Ahora las copas no son solo una sucesión de cuatro pistas independientes, sino que los circuitos están unidos por tramos, dándole más coherencia a la competición. Empiezas en el primer circuito y, desde su meta, continúas directamente hacia el siguiente. En las tres carreras restantes recorres un tramo de conexión más una vuelta en el siguiente circuito.
Lo malo de eso es que la implementación de los tramos entre circuitos restan protagonismo a las pistas principales, y estos no son más que conexiones, por lo que en este modo son mucho menos interesantes de recorrer. Habría estado mucho mejor que además de estos, hubieran mantenido las 3 vueltas tradicionales en los circuitos principales.
El modo batalla se mantiene como está. Sí que pierde algunas modalidades como la de los soles. Ojalá las hubiesen mantenido todas.
El plantel es el más extenso de toda la saga, y se agradece que hayan dejado atrás los clones metálicos y las variantes sin gracia. En su lugar, regresan personajes secundarios pero icónicos, con varios trajes desbloqueables para los principales. Aun con algunas ausencias, la plantilla es amplia y variada.
El online sigue siendo la asignatura pendiente de Nintendo. Debería ofrecer más opciones y libertad para tener contenta a la comunidad, pero como me importa más bien poco más allá de carreras sueltas en este caso, tampoco me afecta.
En cuanto a la banda sonora, Mario Kart siempre ha tenido buena música, pero aquí se han superado.
Y visualmente el juego es precioso. A priori puede parecer que el salto con MK 8 no es grande (también algo normal teniendo en cuenta lo exigente que es el juego y que inicialmente estaba siendo desarrollado para Switch 1), pero se ve mucho mejor sobre todo gracias a la mayor expresividad y detalle del entorno y los personajes.
Mario Kart World no está libre de fallos. Algunos tontos como lo de la ubicación de los interruptores y medallas del modo libre, pero es, sin duda, la entrega más completa (sin contar versiones deluxe), ambiciosa y técnicamente pulida de la saga. Un título que se atreve a evolucionar una fórmula que llevaba años sin cambiar, y que logra hacerlo sin perder la esencia. Resultará divisivo entre los fans, pero yo lo agradezco.