Lord_Etaminga Bueno, Juego de tronos es una novela que se acerca peligrosamente a los 30 añazos, por mucho que la saga esté incompleta. Creo que fácilmente a Martin se le puede atribuir la reformulación de la fantasía moderna, un género que se encontraba estancado en la fórmula tolkiniana y/o de cuento de hadas y que tardó mucho de desarraigarse de tan excelsas raíces.
Para cuando El Señor de los Anillos tenía 30 años, Tolkien ya era un referente, llevaba más de una década muerto, El Silmarillion se acercaba a la década y los hippies ya habían usado a la Tierra Media como un referente para su ideología.
Es decir, creo que a la obra de Martin ya se le atisba cierto peso en la historia del género, un peso que la adaptación de HBO terminó de apuntalar al igual que la trilogía de Jackson para Tolkien.
La fórmula de Martin no difiere tanto como cabría esperar de la del propio Tolkien. Éste último fue una enorme fuente de inspiración para el propio Martin cuando aún era un niño y termińo por definir cuál sería su estilo como literato. La muerte de Gandalf, más específicamente, fue la que condicionó su visión de un mundo en el que cualquiera puede morir en cualquier momento, si bien en otros medios menciona que le quitó algo de hierro el hecho de que más adelante volviera con vida.
El mundo de fantasía que propone Tolkien es oscuro. Muy oscuro. Pese a que las visiones de ambos son radicalmente distintas (Tolkien quiere presentar un mundo en el que el bien se sobrepone al mal y Martin un mundo en el que la guerra por el poder propulsa el lado más mezquino del individuo), muchas de las historias del Silmarillion se saldan con una virulencia que nada tiene que envidiar a la de las escenas más indigeribles de Martin. Sí que es cierto que Tolkien, probablemente al ser profesor de lengua inglesa, se ve más influenciado por la leyenda artúrica y por la literatura clásica anglosajona, haciendo de sus escenas dramáticas algo menos personal y más poético. Un ejemplo perfecto de esto es la leyenda de Túrin Turambar, un cuento breve (y mi favorito del Silmarillion) en el que se mezclan todas las desgracias habidas y por haber que pueden sucederle a un grupo de personas, no sólo a nivel psicológico sino con una visceralidad visual importante. Escenas en apariencia anodinas, como la mantanza entre los enanos y el rey Thingol, pueden ser tan explícitas como los encargados de la adaptación quieran.
Es innegable que la obra de Martin tiene peso en la historia del género. Incuestionable. Pero quiero recalcar que no me encuentro conforme con esa redefinición del género de fantasía que tanto se le atribuye, y me parece que parte de esto tiene que ver con el exacerbado peso que se da a la política de su mundo, que no necesariamente marca una evolución a mi parecer, sino una predilección propia del autor por politizar más su obra o menos, o a otros términos que a menudo se le atribuyen tales como la metanarrativa, que comentabas con anterioridad, y que lleva sin evolucionar lo más mínimo -si es que caso se pudiera- desde que Miguel de Cervantes sentó las bases de lo que serían todos los recursos metanarrativos desde hace cinco siglos hasta nuestros días en cualquier novela, de éste y otros géneros.
Lord_Etaminga No es El Quijote pero se le acerca, al menos en el caso de Tolkien. Leer decenas de páginas de ensayo acerca de los hijos de Fëanor, su composición como personajes, el peso en el legendarium y el análisis filosófico que se le puede hacer a cada uno es un completo deleite, y así con cada nimio detalle de la obra.
Recuerdo un pequeño ensayo acerca del Rey Bladorthin, mencionado en toda la puta obra de Tolkien en una mísera línea de El Hobbit, y cómo eso generó todo esto, que no deja de ser una simple teoría argumental pero para mí es la máxima representación de lo rica que es la Tierra Media:
El número de análisis no son necesariamente un indicativo del nivel de influencia de una obra, sobre todo cuando se trata de un fenómeno popular que ha marcado a una generación de jóvenes. Hay gente ahí fuera, diariamente, dejándose lo que podrían ser tesis doctorales sobre el Cosmere, pero no por ello la influencia de Sanderson es proporcional al interés que el mundo demuestra por su obra.
La obra de Tolkien, tal y como hoy la conoces, probablemente habría sido imposible sin la figura de Miguel de Cervantes. De ése nivel de influencia estamos hablando. En una época en la que el mundo miraba a España como el paradigma de la literatura mundial, Cervantes definió los estándares de lo que vendrían a ser los personajes novelescos, la antítesis moderna, la ironía y el ritmo narrativo. Obviando cualquier mensaje subyacente, que por supuesto lo hay, sobre otros fenómenos como el idealismo frente al realismo y otras posturas personas que Ceravntes pudiera tener con respecto a la configuración ideológica de la época.
Tolkien es mi autor de fantasía favorito, y uno de mis autores literarios favoritos en general. Su obra, como conjunto, me encandila más que cualquier otra del elenco de la literatura clásica. Pero la gente debe mirar más allá de los grandes nombres extranjeros y debe de hacer un esfuerzo primero para comprender la enormidad de la figura de Cervantes. Buscar artículos sobre su influencia, tanto en autores de habla inglesa como en otras lenguas; dejarse llevar por la cantidad de clásicos literarios, algunos de ellos impensados, que son hijos directos de su obra magna (como Moby Dick) y diferenciar entre lo que es dar un giro de tuerca a un género y lo que es sentar la estructura, el esqueleto mismo, de lo que la novela será -y sigue siendo- en los próximos 500 años.