Lo más divertido de todo este asunto es que no le despideron por ser un mediocre que hace bueno a D'Alessandro, sino que lo hicieron porque se atrevió a rajar de LaPuerca a puertas del final después de que le rogaran que se quedase. Y ahora hay que pagarle el finiquito cuando nos pudimos deshacer de él sin pagar un duro
Si digo grotesco, me quedo cortísimo. El verdadero enemigo es el Cerdo. Y ahí está; hipotecando al club. Cada vez más cerca de la ruina