Recuerdo cuando tenía unos 14 años, me iba a ver a unos amigos que vivían en alicante, y el avión que me llevaba allí era un turbohelice de esos pequeños para trayectos cortos. Era un día con vientos de entre 90 y 110 kilómetros por hora, el vuelo era corto pero fue como montar en una montaña rusa, nunca he vuelto a ver un avión menear de esa manera. Un tío que estaba unos asientos más adelante no llevaba el cinturón y en una de esas bajadas se dio una hostia tremenda contra el techo del avión y casi se queda moñeco del todo.
Que viaje más chungo fue...