Si hay una sensación de pánico colectivo es porque el Barça está dos puntos por delante en la clasificación y mientras siga teniendo ventaja la histeria no se va a apagar
Tras el poker de títulos la pasada temporada y con el fichaje de Kylian, las expectativas están por las nubes. El Madrid tiene esta idiosincrasia tan especial que es alimentada por los medios que así siempre tienen carnaza para generar polémicas y criticar al equipo.
El club asume esta realidad y lucha para ganar lo máximo y tener la mejor plantilla posible. En este sentido, nunca se ha sentido superado por el relato y la injusta actitud de la práctica totalidad de aficiones y clubs de la liga que ven al Madrid como su principal rival.
Exigencia extrema externa e interna, ambiente hostil siempre a domicilio, clubs que se niegan a negociar traspasos, una estructura federativa hostil que permite cualquier trapaceria al principal rival y es inflexible ante la menor irregularidad en la que concurre el club, un órgano de control arbitral que se ha generado tras 25 años de purga de cualquier elemento medianamente ecuánime y que no dimite, ni va a dimitir, a pesar de las incontrovertibles evidencias sobre su corrupción sistémica que están saliendo en la instrucción judicial.
La sensación general es que el exitazo del año pasado ha sido demasiado para mucha gente y que el Madrid no puede repetirlo por lo civil o lo criminal.