Laolama si no existiese dicha escalada, Nintendo se seguiría conformando con lo que ya ofrece a nivel de máquina. Quizá incluso le daría vueltas de tuerca con periféricos. Y la innovación seguirían aplicándola a nivel de software, que en realidad es lo que mejor saben hacer.
En esa misma tesitura, Sony y Microsoft se estarían mirando las caras con rostro confundido porque no tendrían ni zorra de qué ofrecer aparte de más polígonos, más sombras dinámicas y más pelos en la barbilla de los personajes (y mira que me duele el caso de Sony, habiendo tenido joyas como Japan Studio durante mucho tiempo).
En definitiva, que a Nintendo se la suda todo, y todo el mundo tiene claro que lo que pagas por una consola suya no es por ver los pelos de la nariz al prota, sino para divertirte.