En primer lugar, pero a vosotros cuánto cojones os duran los duelos. Yo aún me estoy lamiendo las heridas de la novieta que tuve con diez años. En segundo, cabrones, seríais los primeros en aprovechar el bajón para meteros entre sus faldas de tener la oportunidad. En tercer lugar, de qué coño queréis que hable la mujer en sus canciones si su público objetivo es el que nació con una cuenta de instagram. Los que escucháis reggaeton sabéis perfectamente que las letras de los pavos hablan también todo el rato de lo mismo. Así es el negocio.