Los mejores momentos para observar Tsuchinshan-ATLAS, el 'cometa del siglo'
La mayor aproximación a la Tierra del cometa Tsuchinshan-ATLAS se produce el 12 de octubre; este atardecer y los siguientes serán los mejores momentos para observar y fotografiar el cometa desde nuestras latitudes.
Mucho se ha escrito ya sobre el llamado 'cometa del siglo' y es muy posible que a los aplicados lectores que hayan intentado observarlo a simple vista se hayan visto decepcionados. Y es que la visita del cometa C/2023 A3 Tsushinshan-ATLAS se ha presentado de forma un tanto sensacionalista. La verdad es que incluso hubo dudas de que el cometa pudiese sobrevivir a su paso por el perihelio, el 27 de septiembre, cuando corría el riesgo de ser desintegrado por el efecto de la intensa radiación solar.
Todos respiramos aliviados cuando el Tsushinshan-ATLAS reapareció, en los últimos días de septiembre, bien observable en los amaneceres. Al encontrarse muy próximo a la dirección del Sol su contraste era demasiado débil para observarlo sin binoculares desde el hemisferio norte. Pero desde latitudes australes, el cometa aparecía más alto en el cielo y, en los últimos días de septiembre y los primeros de octubre, los astrofotógrafos comenzaron a ofrecernos algunas imágenes deslumbrantes en las que la cola del cometa superaba los 10 grados de longitud aparente (similar a la anchura del puño cuando se alarga el brazo hacia el cielo).
Pero lo mejor estaba por llegar. Tras su paso por el perihelio, el brillo del cometa ha seguido fielmente las predicciones más optimistas. En la gráfica adjunta, producida por el gran especialista en fotografía de cometas Pepe Chambó, el perihelio está representado por un círculo amarillo, la máxima aproximación a la Tierra por un triángulo azul, y la línea verde representa la predicción de brillo. En la gráfica vemos que el A3 tenía una magnitud menor que 1 a primeros de octubre, por lo que el Tsushinshan-ATLAS se reveló como el más brillante desde la visita del C/2020 F3 NEOWISE.
El momento perfecto para observarlo
El 9 de octubre el cometa ha comenzado a verse en los atardeceres, y la máxima aproximación a la Tierra se producirá el día 12, cuando nuestro visitante se nos acercará a 71 millones de kilómetros de distancia y tendrá un brillo suficiente como para ser bien observable desde nuestras latitudes. Durante los días siguientes el cometa perderá algo de brillo, pero la observación podría verse favorecida por estar situado más lejos de la visual al Sol.
La posición del cometa relativamente cercano al horizonte durante el atardecer, ofrece la oportunidad de obtener magníficas fotografías. Y es que el cometa, con su larga cola de polvo apuntado hacia abajo, se podrá enmarcar en el paisaje, es decir, se podrá captar junto a la silueta de un edificio peculiar o de un horizonte particularmente interesante. Y todo ello ante los colores fastuosos de los atardeceres tempranos de octubre. No cabe duda de que este cometa va a resultar excepcionalmente fotogénico.
El plenilunio tendrá lugar el 17 de octubre y en torno a esa fecha (digamos del 15 al 20) el resplandor lunar será un estorbo para la observación del cometa, pero, al estar situado en dirección opuesta a la Luna, si nuestro visitante se mantiene suficientemente brillante, aún será posible fotografiarlo en esos días.
Para la óptima observación del cometa es necesario situarse, media hora después de la puesta de sol, en un lugar libre de contaminación lumínica, preferiblemente alto y, naturalmente, con el horizonte oeste libre de obstáculos (como edificios o árboles). En estos atardeceres de octubre, el cometa está situado en Virgo, mientras que en la vecina constelación de Libra podemos disfrutar del esplendoroso Venus. El día 12, el cometa se acostará una hora y media después que el Sol, pero un poco más tarde cada día que pase.
Un nombre enigmático
Por supuesto el peculiar nombre de este cometa, C/2023 A3 (Tsuchinshan-ATLAS), tiene su explicación. La letra C significa que se trata de un cometa no periódico, posiblemente procedente de la lejana nube de Oort; estos cometas puede que pasen solo una vez por la proximidad del Sol o, de regresar, tardarían entre 200 y miles de años en volver.
2023 A3 significa que el cometa fue descubierto en la primera quincena (letra A) del año 2023, más concretamente fue el tercero de los descubiertos en esa quincena (A3).
La designación 'Tsuchinshan-ATLAS' indica que el cometa fue descubierto simultáneamente desde el Observatorio del Monte Púrpura (China) y desde Sudáfrica con el instrumento ATLAS (siglas en inglés del Sistema de Alerta de Impactos Terrestres de Asteroides).
Una bola de nieve sucia
Debido a su composición, que incluye hielos, roca y material polvoriento, nos solemos referir a los cometas como 'bolas de nieve sucia'. Según un cometa se acerca al Sol, la acción de la radiación solar y del viento solar hace que los hielos vayan sublimando y que se expulsen gases y material polvoriento al espacio constituyendo una coma (una especie de atmósfera en torno al cuerpo cometario) y esas largas colas que tanto nos fascinan.
De hecho, los cometas suelen presentar dos colas bien definidas. La cola de gas ionizado, creada por la sublimación de los hielos, apunta exactamente en dirección opuesta al Sol, es la cola azul en la imagen tomada por G.Rhemann, MJäger y D. Möller que encabeza este artículo. La cola de polvo tiene una dirección diferente de la gaseosa y está algo curvada ya que el movimiento de este material sólido se ve afectado por la inercia orbital, es la cola blanca en esa misma imagen. La cola de polvo se sitúa, por tanto, entre la cola de gas y la órbita del cometa.
Además, algunos cometas presentan una anticola, llamada así por aparecer en sentido opuesto a las dos colas anteriores (iónica y de polvo), es decir apuntando aproximadamente hacia el Sol. La anticola es un fenómeno de proyección, está formada por las partículas que se encuentran en un disco en el plano orbital del cometa cuando las vemos desde una perspectiva favorable desde la Tierra. No se aprecia claramente una anticola en la imagen de cabecera, aunque podría acabar creándose a partir de la parte inferior que parece separarse de la cola de polvo.
El brillo del Tsuchishan-ATLAS irá apagándose según avance el mes de octubre y dejará de ser visible a simple vista, pero los astrofotógrafos, desde los lugares más oscuros, continuarán obteniendo esas imágenes asombrosas que nos hacen soñar con el universo.
Rafael Bachiller es director del Observatorio Astronómico Nacional (Instituto Geográfico Nacional) y académico de la Real Academia de Doctores de España.
https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/ciencia/2024/10/12/6707ee30e9cf4a3f688b4589.html