La que toca del 2008.
Película N° 165
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DiCaprio y Winslet repiten protagonismo años después de Titanic. Me acerqué a esta peli un poco desconfiado por si me encontraba otro drama romántico de esos que te suben el azúcar pero afortunadamente no ha sido así.
Revolutionary Road es un drama, pero el romanticismo queda rapidamente apartado y son otros sentimientos los que protagonizan la cinta. La frustración, el aburrimiento, la monotonía y la tristeza como manifestaciones de esos sueños de juventud que se van aplazando hasta que llega un dia en que te das cuenta que nunca se realizarán y que estás atrapado en una vida rutinaria e insustancial.
Y todo ello bajo una capa de felicidad familiar en la casa con jardín de los suburbios, haciendo lo que hacen todos mientras las emociones de la vida se van escapando.
Aún así, es interesante el giro que da la película ya avanzada cuando Winslet, ama de casa dedicada, decide finalmente romper con todo y cumplir su sueño (mudarse en París y ser actriz) y como su marido (DiCaprio) debe decididr entre vivir la vida que siempre quiso o permanecer en su aburrido pero seguro trabajo y mantener el american way of life.
Mendes consigue retratar con bastante elegancia y sensibilidad la realidad de muchos matrimonios tanto de la época como actuales, parejas que se mantienen con la falsa esperanza de que en un futuro podrán hacer lo que siempre han querido "pero por ahora no", y como va minando los cimientos sobre los que se asientan esos matrimonios como el amor, la felicidad y la ilusión. La ambientación está conseguida y me ha gustado mucho la fotografía que le da un tono perfecto a las imágenes.
Gran trabajo de su pareja protagonista. DiCaprio está sensacional pero el Kate Winslet la que sobresale por encima de todos los demás. Con su actuación consigue darle muchos matices a su personaje. Además se nota la química entre ellos y realmente te crees que es el típico matrimonio de clase media de los 50.
Muy buena película, mantiene el interés durante todo el metraje hasta acabar empatizando por la pareja. Y aunque el tema no sea precisamente novedoso, Mendes consigue crear un micromundo lo suficientemente profundo como para que merezca la pena su visionado.
Nota - 7.75