Aquí el meollo del asunto no es tanto Banjo Kazooie como franquicia, sino Rare como desarrolladora. Porque a juzgar por lo que ha sucedido desde que compraron a la compañía británica, se podría decir que a Microsoft le importa un carajo tenerlos entre sus filas.
Y este tema es cíclico, se hubieran quedado con Nintendo, pero a esta última tampoco les importo mucho.