Pues eso, este lunes decidí cuidarme un poquito cenando ligero. Mi novia que es más espabilada que yo decidió que cenaría una tabla de embutido y como yo soy gilipollas cogí un poco de pavo y una crema de calabaza del Día. Cual fue mi sorpresa al día siguiente cuando yo tenía una gastritis de dos pares de cojones y mi novia estaba como una rosa. Este suceso en la vida me ha enseñado algunas lecciones muy importantes:
La primera es que la crema de por si sabía regular. No le di mayor importancia porque no era exagerado pero no vuelvo a comerme nada envasado que no sepa gloria.
La segunda es que si tu novia está cenándose una tabla de embutidos de puta madre y tú te estás comiendo una crema de calabaza del día te mereces una puta gastritis.
Y poco más amigos esta es la historia de como me he estado cagando hasta la saciedad y he sufrido de fiebre, escalofríos y mierda variada. Pasad todos un buen finde a mi me toca seguir con dieta blanda.