Melon -¿Sabes cuándo será la boda?
... Silencio. María pone una mueca extraña de enfado.
"...No lo pregunté. Por el contexto pensaba que quedarían bastantes días, y que Percy quizá volvería a contactar con nosotros... estando todos ocupados con la boda, tampoco habrían problemas con el anillo y que nos buscaran.
...Eso y que estaba ocupada en pensar cómo colarme dentro de la mansión. Lo siento..." María agacha la cabeza, casi hasta tocar la mesa "con toda la información inútil que he encontrado, y me he dejado lo más importante..." su tono parece de arrepentimiento de verdad.
Melon -Esto es raro, quizá deberíamos decirle a Primrose que venga con nosotros cuando vayamos a esa boda, imagino que irá.
"No sé si colará. Pero podemos insistir en que sea nuestra sirvienta durante la boda. Quizá con suerte Edwin pique."
Melon -Oye, María, ¿cómo te sientes?
La pregunta es tan directa y forzada que se olvida de todo, incluso de que Milly está a punto de entrar.
Pero su actitud no cambia de forma significativa. "¿Yo? Estoy perfectamente, amiga" dice, con una ligera sonrisa y poniendo el pulgar arriba "más aún que Milly está con nosotros otra vez. ¿Porqué preguntas? No lo he dicho tal cual, pero nadie me ha hecho daño en la mansión de los Longbottom. Espero que a ti tampoco."
Casi haciendo presagiar los temores de Rachel, María gira su cara hacia donde ha venido la voz de Bailey, y se mantiene fija ahí, incluso si se baja a sentarse.
"Hola, misteriosa Bailey" contesta casi inmediatamente. "Pues aquí estamos. ¿Y tú, Bailey? Oye, ¿fuiste a correr con Ronan y el gran huargo hace unos días?" Las dos preguntas preguntas suenan casi inmediatamente una detrás de otra, mientras pone una mano en la barbilla, (queriendo) parecer reflexiva. "¿Cómo... cómo fue eso? Si eres tan amable de explicarme..."
Por primera vez, su voz es un extraño amalgama. Tiene tonos de juicio y de enfado, pero también de dudas y de miedo.