Todos menos Ronan
Edwin arquea una ceja, su sonrisa ampliándose en algo que roza lo grotesco, como si encontrara una broma en cada rincón del universo. Se reclina un poco más en el sofá, jugueteando con una moneda en la mano.
“Ah, claro, pasteles de crema y de oro,” repite, como si saboreara las palabras de Rachel. Luego, su mirada se torna más intensa, fija en ella con esa mezcla inquietante de picardía y crueldad. “Pero los de carne... oh, esos son únicos. Algunos dirían que tienen un sabor nostálgico, ¿no creéis? Como un recuerdo de infancia... o un lazo que nunca se corta.”
Deja la frase en el aire, el doble sentido rezumando en cada palabra, mientras la moneda rueda de un lado al otro de su mano. Su risa baja, apenas un susurro, haciendo aún más incómodo al ambiente.
“Ah, pero no os equivoquéis,” comienza, su tono casi un susurro, cargado de una teatralidad serpenteante. “No soy un hombre ¿un chico? ¿un niño? ¿un infante?" dice, perdiéndose en su propio delirio. "No soy alguien difícil de complacer.”
Hace una pausa, antes de continuar, su voz más firme, pero aún teñida de ese dramatismo de lunático. “Lo único que quiero... es que me traigáis un pequeño objeto. Un objeto que, en este momento, está en manos de alguien que no lo merece. ¿No os parece injusto? Una pequeña joya, un tesoro, algo hermoso y único, languideciendo donde no debería estar.”
Edwin deja caer la moneda en la mesa, su tintineo resonando en la sala. “Hacedlo en silencio. Sin preguntas. Traédmelo a mí.”
Su sonrisa se ensancha. “Y esas cincuenta monedas serán vuestras. Cincuenta monedas... y la bendición de Vecna.”
Levanta una mano, como si estuviera ofreciendo un juramento sagrado, su voz descendiendo a un tono más bajo, casi hipnótico. “Porque, creedme, no hay poder en este mundo más valioso que el favor del que lo ve todo, el que lo guarda todo. Es un trato que solo los sabios aceptarían.”
Se recuesta de nuevo en el sofá, riendo suavemente para sí, como si su propia oferta le resultara tan deliciosa como los pasteles que sigue devorando su lémur en la esquina.