Hammer Obviamente iba añadiendo ideas nuevas y alterando cosas a medida que se ponía a crear cada siguiente película, pero eso no es malo. La diferencia es que con la tercera trilogía se decidió que había que producir esas tres pelis sí o sí para ser estrenadas en unos años determinados, sin importar tener un plan de antemano. En cuanto Disney compró Lucasfilm en otoño de 2012 se fijó que la primera peli debía estrenarse para mediados de 2015, solo dos años y medio después, sin tener siquiera un borrador esquemático del guión (o un tratamiento) ni nada. El objetivo era estrenar rápido para empezar a recuperar el dinero invertido y punto.
Al final la peli se pospuso para navidad de 2015 porque el guionista original se bloqueó, pero el problema seguía siendo el mismo, que había que producir algo, lo que fuera, lo antes posible y punto. Y lo mismo con las secuelas, para las cuales se acordó que se estrenarían cada dos años, cuando el esquema en Star Wars siempre había sido cada tres años, dejando un año entero a Lucas para planificar y escribir el guión de la siguiente peli antes de ponerse a rodar tras estrenar la última entrega. Ahora eso ya no valía. Ahora había que apresurarse y tener el guión de la siguiente entrega finiquitado incluso antes de estrenar la primera y ponerse a rodar solo un mes después del estreno, sin margen para posibles cambios importantes tras ver qué funciona y qué no de la primera entrega.
Al final estas pelis no fueron nunca realmente un proceso creativo, sino unos deberes que hacer para alcanzar unas cifras que los jefazos esperaban de ellos en unas fechas determinadas e ya.