Pues resulta que ayer iba en el coche tranquilito de copiloto. Iba conduciendo mi mano, así que estaba mirando mientras tanto mi Málaga bonita por la ventanilla. En eso que acercándonos a una bifurcación, un taxi que estaba a un coche por delante empieza a hacer cosas raras y el de delante le empieza a pitar. De pronto mete volantazo el taxi y se salta una isleta de la siguiente calle para meterse en el desvío a la derecha, mientras el de delante y yo seguimos a la izquierda.

Para el caso imaginaos que el taxi queda donde el de la imagen de la foto de Google de la misma calle. El de delante le sigue tirando improperios por la ventanilla. Todos tenemos delante un semáforo así que paramos y este le sigue cantando las cuarenta, a la que resulta ser una taxista, que ha parado el coche en su carril también obstaculizando el tráfico. Aquí pongo una sonrisilla de malicia y digo "vaya...".
Pero la realidad me dió un bofetón en la cara. Del taxi parado sale una mujer cliente de mediana edad que se pone las manos en la cabeza. También sale un señor que va muy tranquilo en dirección al coche que proliferaba los agravios. Digo aquí se va a liar. Pero a mitad de camino el señor para, y se pega a la estatua que hay enmedio por nuestro lado. Se baja los pantalones , viendosele todo colgando en exceso. Pega el culo a la estatua y empieza a soltar zurullos cual caballo del parque en la postura menos anatómicamente cómoda del mundo y a vista de una veintena de conductores y otros tantos viandante. Aquella visión me dejó sin posibilidad de reacción. Los de delante también se habían callado. Solo se escuchaba la carretera. Para que os hagáis una idea:

Así que finalmente el semáforo se puso en verde y todos decidimos continuar sin articular palabra con una imagen dañando las retinas. Cómo dije, no pude sacar imágenes ya que me quedé bloqueado, pero quería compartir esta bella experiencia con vosotros.