Lyn
Mañana es mi último día de oficina hasta finales de agosto. Me he cogido cuatro semanas como un señor. Igual es el récord histórico en una empresa japonesa 😂
Casi dos semanas las paso fuera y las otras dos en casa haciendo el ganso, le daré una vuelta a esto que me interesa. A lo mejor hago un roleo One Shot cortito con tres jugadores cuando tenga tiempo, después de Camino al Hogar.
¿Alguna vez has fantaseado con llevar a una meretriz? En la antigua Mesopotamia, algunas devotas de Ishtar lo eran por vocación sagrada.
Según Heródoto, en su "Historia", había una costumbre babilonia donde las mujeres debían prostituirse al menos una vez en la vida como ofrenda a la diosa Milita, el nombre que según los griegos le daban a Afrodita, que se ha equiparado a Ishtar. Aunque, claro, muchos creen que eso es una exageración… o directamente un fanfic pornoso del buen Heródoto.
Por contra, la costumbre sin duda más ignominiosa que tienen los babilonios es la siguiente: toda mujer del país debe, una vez en su vida, ir a sentarse al santuario de Afrodita y yacer con un extranjero.
Muchas de ellas, que consideran impropio de su rango mezclarse con las demás, debido al orgullo que les inspira su posición económica, se dirigen al santuario seguidas de una numerosa servidumbre, en carruajes cubiertos, y esperan en las inmediaciones.
Sin embargo, la mayoría hace lo siguiente: muchas mujeres toman asiento dentro del recinto sagrado de Afrodita, con una corona de cuerda sobre la cabeza. Mientras unas llegan, otras se marchan. Entre las mujeres se dejan pasillos delimitados por cuerdas que van en todas direcciones; por ellos circulan los extranjeros y hacen su elección.
Cuando una mujer ha tomado asiento en el templo, no puede regresar a su casa hasta que un extranjero le eche dinero en el regazo y yaza con ella dentro del santuario. Al arrojar el dinero, el hombre debe pronunciar las palabras: «Te reclamo en nombre de la diosa Milita» (pues los asirios llaman Milita a Afrodita).
La cantidad ofrecida puede ser la que sea; en ningún caso la mujer puede rechazarla, ya que ese dinero adquiere un carácter sagrado. Debe seguir al primero que se lo entregue, sin despreciar a nadie. Una vez cumplido el deber con la diosa, vuelve a su casa y, desde ese momento, ya no se la puede sobornar por ningún precio.
Como es natural, las mujeres hermosas y bien formadas se marchan pronto, pero aquellas menos agraciadas pueden esperar mucho tiempo sin poder cumplir la ley. Algunas llegan a permanecer allí incluso tres o cuatro años.
Por cierto, en algunas regiones de Chipre existe también una costumbre muy parecida a esta.
Antes teníais a Milipú hablando de la antigua Roma y ahora me tenéis a mí añadiendo apuntes sobre otros pueblos antiguos, ale.