"Estando de acuerdo en parte con que Bailey podría ser la traidora ya que nos abandonó con los demonios..."
Hasta ese momento, Bailey se muestra amigable, quitándose los guantes mientras está dentro de la casa. Es, al fin y al cabo, una chica educada, y el que los habitantes de la casa parezcan ser fantasmas hechizados o algo peor no le parece excusa para comportarse con malos modos.
Que la acusen de abandonar al grupo ya es otra cosa.
Que la consideren como traidora para esta obra de teatrillo o lo que sea, no le parece bien pero lo puede comprender. Atacó a Elijah. Tenía sus razones, pero no parecen importarle a nadie a pesar de que asesinar a Job a sangre fría fuera manifiestamente algo que estaba mal, que era innecesario, y que además había provocado el levantamiento del liche, las muertes de Verbal y Rynne, y la pérdida de Trueno, y eso que el grupo supiera. Muy bien, a nadie le importaba eso, nadie se lo echaba en cara a Elijah por mucho que se lo mereciera.
En cambio, a ella le seguían recriminando que cometiera el error de haber querido evitar que se les escapara aquel tiefling de una forma que a nadie más se le había ocurrido, y que luego intentara recuperar a Treno en lugar de dejar que MacGregor se lo llevara. Ronan podía alegremente decir que ella los había abandonado con los demonios, como si ella hubiera sabido que había demonios en primer lugar, o como si los hubiera abandonado por cobardía, y además nadie le decía nada para corregirlo.
Y todavía hubiera aguantado todo eso de no ser porque ahora Elijah ni siquiera estaba dispuesto a ceder ni una media por el bien del grupo: quería ser el elegido para tener caballo. Se comportaba como un auténtico psicópata, y la parte más oscura del corazón de Bailey le sugirió con una dulzura inesperada que quizá había cometido un error al no matarlo en el barco, o incluso antes de haberse dado la ocasión. Y Bailey lo odió aún más por haber despertado un pensamiento así en ella.
Con un gran esfuerzo, logra no fruncir el ceño. Y para controlarse, se vuelve a poner los guantes, se los ajusta, y se cruza de brazos al tiempo que sale de la casa y se apoya contra la pared.
Se empezó a preguntar si alguien del grupo valoraba los sacrificios que había hecho y que estaba dispuesta a hacer por ellos. Y si valía la pena tratar de ayudarlos a volver a casa. Había muerto en combate con el liche, aunque sin darse cuenta siquiera. Ahora, estaban todos asumiendo un gran riesgo para conseguir un caballo que seguramente montaría el animal de Elijah. Y no les importaba insultarla abiertamente. Bailey también tenía sus ideas sobre quién podía ir en cada lugar, pero... ahora estaba claro que no la harían caso en algo como esto.
No entendía muy bien de qué iba todo esto y cómo podía acabar, pero Bailey decidió que ya estaba demasiado cansada para importarle nada. Volver a casa cada vez le parecía menos probable con un grupo así. Bueno, pues que fuera lo que Dios quisiera. Mientras pudieran librarse King y ella, lo demás daba igual. Y aunque le dolía, no sabía si incluir a María, Esclavo y Milly entre aquellos a quienes salvaría...