Ronan
El del cuerno parpadea, vacila un instante y luego se queda quieto. Su expresión pasa de la sospecha al vacío de quien ha olvidado lo que estaba pensando.
Bajo la lluvia, Ronan le sonríe. Y el guardia, sin saber exactamente por qué, asiente.
"Ah, claro, eres tú", dice con una amabilidad repentina. "Hacía tiempo, ¿eh? Estás igual que siempre."
El otro arquero lo mira con creciente alarma.
"¿A quién le hablas?"
"A él", responde el del cuerno, señalando a Ronan con entusiasmo. Le conozco de hace años. Un tipo estupendo. Nunca sube la voz. "
"Pues igual deberías subirla tú", responde el otro, "porque si no haces sonar ese cuerno, voy a tener que empezar a chillar yo."
"¿Por qué?"
"Porque esos tres no son de los nuestros, y yo sí distingo una infiltración cuando la veo. "
"Bah, siempre con tus sospechas. " El del cuerno le da una palmadita en el hombro. "Aprende a confiar más en la gente, hombre."
Duda un instante, mira el cuerno, y luego a Ronan. Suspira.
"Mira, tómatelo tú, viejo amigo. Siempre se te ha dado mejor soplar estas cosas."
Y con una sonrisa le entrega el cuerno a Ronan… y lo abraza.
"Me alegra verte, de verdad. Tantos años, y sigues con la misma cara. Bueno, quizás un poco distinta."
El otro arquero da un paso atrás, fuera de sí.
"¡Pero qué haces! ¡No lo abraces, es un enemigo! "
