Todos
Suerte: 1
Percepción de Bailey: 6, 2 (+ bonos por equipo, King, Esclavo, María y Ronan)
La primera guardia transcurre sin sobresaltos aparentes. Rachel, Milly y Thorian comparten el silencio del desfiladero, roto solo por ese mismo siseo que ya habían oído el día anterior: un sonido bajo, irregular, difícil de situar. Se preguntan qué puede ser, si el viento colándose entre las grietas o algo más, pero no ocurre nada. Las figuras que los habían seguido durante el día no aparecen. El cielo se oscurece del todo.
Cuando Bailey toma el relevo junto a King, María, Esclavo y Ronan, algo cambia.
Al principio es solo una inquietud vaga. Luego Bailey lo nota con claridad: King gruñe. No un gruñido de aviso rutinario, sino uno tenso, sostenido, con el lomo erizado. Cada vez que el siseo vuelve a escucharse —ahora más cercano, más definido— el huargo responde con un gruñido más profundo, casi un ronroneo de amenaza.
No está reaccionando en general. Está reaccionando a ese sonido. Y el siseo, esta vez, no parece venir de lejos.
