Por cierto, los caracoles es sin duda el plato más asqueroso que tenemos en este país.
Y sí, sé que es decir mucho porque en este país la gente come sesos de cerdo o intestinos de vaca o testículos de toro, o cocemos animales en su propia sangre o hacemos morcillas con dicha sangre entre otras guarradas...
Pero lo de meterse en la boca esa puta babosa que es como un moco de baba mugriento está a otro nivel.
Lo peor es la gente que come caracoles y luego se escandaliza cuando le hablas de comer insectos como grillos u hormigas, que son en plan: "Joder, no, qué asco, yo en la vida voy a comer insectos, qué guarrada... Venga, Manolo, vámonos a ese restaurante de la esquina que sirven unos caracoles la mar de ricos"... La hipotenusa.
Es un poco como: "No meo en los lavabos públicos ni de pie porque me da mucho asco pero luego cuando llegue a casa voy a pedirle a mi novia que se me cague en la boca, que eso me pone".