En los 60s el show de Batman fue un Ă©xito y muchos famosos querĂan aparecer por estar de moda. Siento que el patrĂłn se repite. Y esto no lo digo como algo positivo. Simplemente creo que se les está yendo la mano con los actores que realizan pequeños papeles.
La gran falla es que esta temporada no ha encontrado el tono correcto. En el mismo episodio vemos una interesante investigaciĂłn —con un callback magistral a un personaje tan querido como Kuiil—, y luego una partida de cricket espacial con la rapera Lizzo y la voz de Bowser. Por un momento me recordĂł a Alicia en el PaĂs de Las Maravillas. Sin contar ese inicio ridĂculo de un prĂncipe huyendo por amor y los mercenarios tomando el control sin generar apenas conflicto. Estas escenas parecĂan parodia, como sacadas de un culebrĂłn.
El combate entre Axe y Bo me gustĂł mucho, pero la lĂłgica dicta que hubiera sido mucho más significativo un combate entre Bo y Din, especialmente porque ambos ahora tienen un vĂnculo más profundo.
Otra cosa, los minutos finales me dieron la impresiĂłn de que esta serie no necesita sables de luz, jedis, ni cameos rebuscados. La cultura de Mandalore y sus personajes tienen el suficiente peso como para recurrir a desvĂos de atenciĂłn.
Dicho todo esto, y pese a que parezca que me contradiga, el episodio me pareciĂł muy bueno. Es ridĂculamente entretenido y no me aburrĂ ni un segundo. De hecho, tiene algo, que no sĂ© si es camp, pero me transporta a esa sensaciĂłn "bizarra" y Ăşnica que solo tiene Star Wars. La escena del bar es una deliciosa contraposiciĂłn a la cantina de Episodio IV (asĂ es que se hacen las cosas, maldito J.J. Abrams) y los personajes estrambĂłticos siempre han estado a la orden del dĂa (la duquesa no desentonarĂa en el Regreso del Jedi, por ejemplo).
Veremos cĂłmo terminan las cosas.