Favonius
La semana pasada fui a Madrid, fui al mítico Bar Postas, un local cutre-salchichero donde en internet lo ponían en varios medios como el summun del bocadillo de calamares.
Al llegar me asombró que no paraba de entrar gente a pedirlo. Lo pedí entusiasmado.
Me fui llorando y casi atragantado. Eso no pasa por la garganta.