Lo que sí he visto mucho estos últimos años es la proliferación enfermiza de gente grabándose tanto en rocódromo como en gimnasio. Primero los veías dejando el móvil ahí colocado; ahora directamente con trípodes y otros accesorios.
Qué puta necesidad hay de todo esto, maldita cultura exhibicionista. Luego no sabes por dónde pasar, ni dónde escalar, no fuera que jodieras el vídeo.