De otra galaxia: el alucinante bar inspirado en 'Alien' donde te puedes tomar una cerveza y descubrir un tesoro de 'Dune'
Laura Pérez
4–5 minutos
La mezcla entre el universo de Alien y el pueblo suizo de Gruyères, célebre por su queso, resulta cuando menos curiosa. Entre uno y un otro, existe un hilo conductor fascinante, que es el artista suizo H.R. Giger (1940-2014), el creador del Xenomorfo.
Escultor y diseñador gráfico, fue precursor del arte biomecánico y su obra está impregnada de surrealismo y ciencia ficción. Fue amigo de Salvador Dalí o Alejandro Jodorowsky, y en su obra se plasma su obsesión por lo monstruoso, la idea de un caos nuclear o un apocalipsis posthumano. En definitiva, todo lo que necesitaba Ridley Scott para su película 'Alien: el octavo pasajero' (1979).
Bar Giger
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La creación de 'la cosa' (en esa entrega todavía no se nombra en ningún momento como 'xenomorfo') le valió el Oscar a Mejores Efectos Visuales. Fue después de este logro cuando decidió comprar un palacio medieval en Gruyere, un pintoresco pueblo de calles empedradas coronado por un castillo del siglo XIII. Allí vivió y allí está instalado el museo que alberga su obra escultórica (incluida una reproducción del bicho) y gráfica, entre la que se encuentran sus colaboraciones con músicos como Patti Smith, Nick Cave o Stereolab. También su arte erótico. Además, está expuesta la colección de arte que fue adquiriendo durante décadas y que incluye alguna obra de Dalí.
Lo más sorprendente, sin embargo, se encuentra justo enfrente del museo: el Bar Giger. Comúnmente conocido como 'El bar de Alien', está ubicado junto a un campanario de más de 500 años y con su fachada empedrada, pasaría desapercibido entre tiendas de quesos, chocolates, zuecos y otras artesanías suizas. Sin embargo, lo que esconde el interior es propio, nunca mejor dicho, de otra galaxia.
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Un cartel advierte de que solo se pueden tomar fotografías si se consume en el local, en un intento de ahuyentar a curiosos que no se tomen, al menos, un café. Lo cierto es que, por mucho que ya se sepa lo que se va a encontrar, la sorpresa es mayúscula. Y es que, de pronto, el visitante se encuentra en un escenario absolutamente surrealista, con altos techos abovedados cubiertos de una mezcla entre restos óseos de un enorme animal con vestigios de alguna criatura llegada de otro planeta.
Tantos los taburetes como la biblioteca, las mesas o los sofás son diseños de Gieger que te sumergen en un universo extraterrestre. El café o la cerveza se puede tomar sentado en una de las butacas giratorias de la barra, que son la célebre silla Harkonnen, diseñada como trono para el barón del mismo nombre en el proyecto nunca llevado a cabo de 'Dune' que pretendía rodar Alejandro Jodorowsky, años antes de que lo hiciera David Lynch.
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H.R. Giger no participó en la siguiente entrega de la saga, 'Aliens' (James Cameron, 1986), pero sí en 'Alien 3' (David Fincher, 1992). Ridley Scott contó de nuevo con él en la precuela 'Prometheus' (2012), de donde pueden reconocerse muchas piezas en el bar.
Así que para vivir la auténtica 'experiencia Gruyères', uno debe comerse una fondue en uno de los restaurantes del pueblo con bancos de madera y chimenea y, después, viajar a otra galaxia atravesando simplemente la puerta del Bar Giger.
